La Voz de Galicia
Libros, música y seres humanos
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En Ibiza, el cielo de verano tiene tantas estrellas por la noche que parece un árbol de navidad encendido. Un Papá Noel como de las antípodas, con calor, sin nieve. Lo miras desde el suelo y es una bóveda creada para ti. Hay una pareja que se odia, que se daña, que sólo sabe quemarse en el infierno. Una y otra vez.
Hay una bahía preciosa, con un mar transparente, en el que saltan como delfines los niños. En el que los veleros tocan la música de sus palos mientras ponen la mesa para tomar un martini en cubierta. Y las mujeres son lejanos lienzos en los que no quieres pintar nada. El frío te ha comido el corazón. La nuez de tu corazón está helada, a pesar del calor o por el calor. Las palabras se te amontonan como basura que nadie va a recoger. Estás dolido de tanto dolor, acalambrado de tanto sufrir. Todas las mañanas te lavas la cara con riguroso luto para asesinar hasta al último pedazo del niño, del delfín, que fuiste. ¿Cómo se desconectan del odio las parejas que se mueren? ¿Por qué saltan los peces fuera del agua? ¿Es linda su agonía?