La Voz de Galicia
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El victimato

Por Luis Ferrer i Balsebre

La mayoría de la gente tiene una natural propensión a compadecerse del sufrimiento del otro. Lo normal es sentir compasión por el dolor ajeno, sea físico o mental.
La víctima es siempre más simpática que el verdugo porque es la que sufre, la que está sometida, la que carece de posibilidades de defensa…
Saber despertar este sentimiento de compasión es una de las estrategias más antiguas para el control de las relaciones humanas, de ahí el habitual: “No te hagas la víctima conmigo” y “no me das ninguna pena”, o el índice de intentos suicidas de corte manipulativo encaminados a despertar la lástima de la otra persona y con ella su sometimiento.
Cuando la compasión nos paraliza nos convertimos en esclavos del reino del victimato.
Es una cuestión etológica, nosotros —como todos los mamíferos— no atacamos a las crías, ni a los congéneres enfermos o … Seguir leyendo

El himno

<strong><em>Por Luis Ferrer i Balsebre</em></strong>

Instantes después de que cesara una diarrea de granizo descargada del cielo, el guepardo se alzó atlético sobre el peñote y tomó la palabra: “Necesitamos un himno para esta selva —bufó—, ya va siendo hora de ponerle letra al rugido del león. Además, todas las selvas tienen himno y estamos siendo la mofa y la befa de las selvas del norte. Esto no puede seguir así”.
El equipo de guepardos tomó la iniciativa y desveló que ya había encargado a un macaco cangrejero la composición de una letra para el rugido.
Y aquí os presento los ripios que ha compuesto el macaco para someterlos a vuestro parecer y, si os parece, proceder a cantarlo todos en el gaudeamus de la emigración de los ñus.
El macaco sacó un papiro y comenzó a leer los versos con emoción, al finalizar levantó la vista hacia el auditorio … Seguir leyendo

Quessada

Por Luis Ferrer i Balsebre

Tardé tiempo en reaccionar. Creo que a fuerza de tanto oírselo decir me había convencido de que realmente era inmortal.
Xaime Quessada era un tipo extraordinario en el sentido literal del término, un regalo fascinante para aquellos que tuvimos la suerte de disfrutar de su amistad.
No es mi intención hacer una glosa lacrimógena de Xaime ahora que no está, sólo quiero poner en el papel lo que me pasa en el alma cuando pierdo un amigo —me figuro que será lo que le pasa a todo el mundo—: un montón de imágenes acompañadas de una banda sonora de sentimientos.
Compartí con Quessada una etapa de ocho años en los que respiramos el mismo aire ourensano en Vilar Dastres; él, en Lucenza, su casa, y yo, a un par de laderas más al sur, en A Bouza.
Compartimos también muchas botellas de vino, latas de … Seguir leyendo