La Voz de Galicia

Censura literaria

La censura tiende a pudrir la imaginación del público, a agostarla, a reducirla al esquema estrecho del pensamiento dominante. Dice Richard Ford (Flores en las grietas, Anagrama 2012) que la víctima de la censura no es el autor o autora, sino el público, a quien se impide ver algo que podría influirle o iluminarle y la capacidad de formular un valioso juicio moral o estético que diga: «No, esto no me gusta. Lo veo y rechazo esa sensibilidad. Busco la belleza y esto no es belleza». La verdadera censura, añade, no es un mero ataque personal que dice «no puedes decir eso», sino un ataque que, insidiosamente, dice «no puedes oír eso, no puedes saber eso, no puedes pensar eso». Estoy de acuerdo y me preocupa.

La censura moderna se caracteriza por empaquetar en silencio aquello que le disgusta o por agredir a quien lo haya escrito para evitar el … Seguir leyendo

Piensan que no morirán

Un artículo que publiqué hace unos meses en Nuestro Tiempo y que se me había quedado por ahí. Empieza así:

Mi madre lee el periódico con cuidado, con precaución casi extrema, como si las páginas estuvieran llenas de tramperos que anclan cepos entre las líneas y en los anuncios por ver si la pillan descuidada. Aprovecha cuando voy para contrastar. Casi siempre pregunta afirmando mientras rebusca en mis ojos una esperanza: “Xa están outra vez cos brotes verdes”, que quiere decir: “¿Es verdad?”. Lleva mal las noticias. A veces pienso que escribimos los periódicos para gente joven, que no nos lee, y olvidamos los ritmos, las pausas y las necesidades de los mayores, que sí nos leen. Con el periodismo televisivo ocurre lo mismo, pero a lo bestia.  (sigue aquí)

Seguir leyendo

JFK

Ya no recuerdo cuándo estuve en Dallas y visité con tantísima curiosidad la curva donde asesinaron a John F. Kennedy y el museo instalado en el almacén desde el que disparó Oswald. Para entonces me había curado algo de la atracción que Camelot y el mundo Kennedy en general ejercieron sobre mí durante muchos años, y del museo apenas me interesó el mero estar allí y el vídeo de Walter Conkite, que ya conocía, pero que no me canso de ver: le pasan la nota oficial que confirma la muerte del presidente, la lee en directo con tono profesional, pero su cara va transformándose, su voz se quiebra en un carraspeo y se quita las gafas al borde del llanto.

Ahora me interesa más por qué los Kennedy mantienen el aura cincuenta años después. Leí con cierta desgana inicial las memorias de Edward Kennedy y caí en la cuenta de … Seguir leyendo

Cerrar los ojos

A veces cerramos los ojos para no sentir, para escapar de la realidad, para huir de lo que nos desagrada o preocupa. O miramos para otro lado. Pero también se pueden cerrar los ojos para sentir más, para concentrarnos en un recuerdo, en un proyecto, en el olor de un vino o en la delicadeza de una melodía. Se podría decir otro tanto del oído: podemos desactivarlo para no enterarnos de lo que nos molesta escuchar o para buscar el silencio donde la creatividad crece y engendra. Por eso el silencio asusta al sistema, que prefiere el ruido.

Al sistema le convenimos embotados, con los sentidos en colapso por exceso de luces, sonidos y sensaciones, aturdidos, en ese estado morboso en el que se entremezclan los ecos y comienzan a desdibujarse o a bailar las cosas, de modo que desaparece cualquier capacidad de respuesta precisa, apropiada. El aturdimiento facilita la … Seguir leyendo