Columna en Nuestro Tiempo, octubre-diciembre 2014:
Démosle una vuelta
El humor, como todas las artes, funciona por comparación con la realidad: uno se ríe de lo que reconoce. Sin un conocimiento previo compartido con su público, es imposible que alguien haga reír. De ahí que encontrara gracioso un sucedido que me contaron de primerísima mano el pasado mes de julio. Ocurrió en un colegio de Lisboa. Un alumno pretendía entrar a deshora y pidió, por favor, a un profesor que le abriera la puerta. El profesor, por enredar un poco, le dijo: «Te abro si me lo pides en inglés». El chaval, muy cortésmente, se plegó al requerimiento: «May you open the door, please?». Viendo que el crío respondía, el profesor quiso darle otra vuelta de tuerca, ya por divertimento: «Bien. Si me lo pides ahora en español, te abro». Y el chaval, con la mayor naturalidad, procedió a elevar el tono de voz y exclamó en correctísimo castellano: «¡Abra la puerta, joder! » (LEER MÁS)
Paco: desearía contactar contigo a propósito de tu artículo aparecido en NT. Vivo en Jerusalén y me ha gustado mucho el planteamiento
Saludos
Carmen