Leí el jueves el titular de una entrevista a Carolina Bescansa, cofundadora gallega de Podemos, y me asusté. Decía: «Se ha llegado ya al momento de que el miedo cambie de bando». Incluía dos palabras que detesto especialmente, «miedo» y «bando», pero luego el texto me pareció más que razonable. El titular, aunque fiel, quedó en falsa alarma.
El miedo siempre ha sido el gran argumento retórico de la lucha política y social: se ha utilizado sin pausa para definir las banderías por el sencillo procedimiento de infundir a los propios pánico del oponente, convertido no ya en adversario, sino en enemigo, alguien que debería ser evitado, batido, arrasado. Lo utilizó Suárez en aquel discurso famoso en el que advirtió muy serio que, si no le votábamos, llegarían todos los cataclismos asociados a la izquierda. Más tarde, ya instalado en el poder, el PSOE quiso asustarnos con una jauría de perros dóberman que simbolizaban el regreso de la derecha. Y así, a base de miedo y odio, iban llevando al país contra las esquinas, como si fuera imposible o impensable algún lugar de encuentro en un proyecto común. Por supuesto, los peores manejos del miedo no vinieron del PSOE o del PP, como todo el mundo sabe, así que no insisto.
Muy juicioso su artículo, don Paco. SU artículo. El planteamiento que pueda realizar quien simpatiza y colabora con dictaduras como la de Venezuela e Irán no merece ningún tipo de consideración. Y éstos sí que entienden de miedo…
Ya basta de populistas pancarteros que lo arreglan todo en dos slogans. Mucho criticar el «sistema» y no dudan en forrarse con ese mismo «sistema». Ha habido unos cuantos tipejos vociferantes salvadores en nuestra historia reciente, y sabemos cómo acabaron.
¿Y qué me dice del odio, el fomento del odio? . «(…) Cuando la izquierda reclama más impuestos a los ricos, los medios de comunicación rebaten la idea fomentando la envidia. Lo mismo ocurre con la inmigración: se visibilizan más los casos de inmigrantes que consiguen casas a través de las ayudas sociales para fomentar un discurso racista. Se detallan las pensiones de los trabajadores del sector público -enfermeras, médicos, profesores- para fomentar la envidia de los trabajadores del sector privado. Así, los medios de comunicación magnifican casos para manipular a la opinión pública. Un 0,7% del gasto social está mal empleado, pero la percepción de la gente es que se trata del 27%. Nuestros medios de comunicación, muy ideologizados, no cuentan la realidad tal como es».Owen Jones.
O medo é esa sensación de impotencia e inxustiza que ten a xente cando se ve en perigo, impresión que moitas persoas padecen a cotío os que non teñen traballo e os recursos acábanse, os van o traballo e non saben se será o ultimo día , os que traballando o salario non lles dá para cubrir a súas necesidades básicas, os pais que non teñen que lle dar de comer os fillos.
Medo teno o pobo que vive baixo o poder dunha oligarquía que usa o BOE e o DOG para recortarlle dereitos e liberdades.
As liortas de partidos e políticos non deixa de ser propaganda.