La Voz de Galicia

Pese a que en la lista de las diez personas más inteligentes del mundo publicada estos días figura solo una mujer, pese a que los referentes populares de la innovación son varones, Bill Gates, Steve Jobs, Mark Zuckerberg o Jeff Bezos, pese a todo, se extiende la preocupación de que los chicos están quedándose rezagados en el proceso educativo: el fracaso escolar se ceba en ellos y, desde los noventa, el porcentaje de chicas que completa, y con mejores notas, cualquier nivel educativo supera por mucho el de chicos, ahora también en el doctorado. La tendencia se agudiza en el caso de los más desfavorecidos: las afroamericanas de Estados Unidos, por ejemplo, tienen el doble de posibilidades de obtener un título universitario que los chicos de su raza.

En investigaciones empíricas recientes se comprueba que los chicos parten de un nivel similar o incluso superior, pero enseguida se complican, y sus profesores -sobre todo, profesoras- perciben un desempeño peor relacionado con dificultades de carácter y comportamiento. Las chicas adquieren mucho antes hábitos de trabajo, constancia y orden, por ejemplo, mientras que los chicos necesitan un apoyo específico en esos campos: más refuerzo en aspectos relacionados con la formación del carácter que en los meramente cognitivos.

Leo que británicos, canadienses y australianos han abordado abiertamente el problema del bajo rendimiento masculino con programas que ayudan a los chicos a ser más organizados y a mejorar su atención y compromiso: lecturas que les resulten más atractivas (ciencia ficción, fantasía, deportes, espionaje, batallas), más tiempos de recreo para que puedan expansionarse, más clases diferenciadas por sexos, y más hombres en el profesorado. Como para decirlo por aquí…

Publicado en La Voz de Galicia, 18.enero.2014

Actualización cuatro meses después: Las mujeres logran los títulos de secundaria más rápidamente