Me dicen que un muy conocido personaje del mundo empresarial de este país se quejó en un acto público de que haya gente que estudie filosofía o historia con la necesidad que tenemos de ingenieros. Como en las reseñas de prensa no he podido encontrar, no ya las palabras literales, sino cualquier referencia a que haya dicho algo parecido, prefiero evitar la mención expresa del orador en cuestión, que por supuesto es ingeniero y se ve que añora un mundo de ingenieros o, más en general, de técnicos. Yo no quiero imaginar siquiera una civilización así. Solo pensarlo me da pánico.
Lo malo es que esta opinión -la de que hay que estudiar ingeniería o carreras prácticas- está más extendida de lo que parece y no solo por motivos de empleo o de fortuna, sino por la creencia equivocada en que la universidad debe ceñirse a las necesidades del tejido empresarial y dedicar sus mejores esfuerzos y los mayores medios a los estudios de esas características y no a gentecilla que se ocupa de la lengua, la historia, el arte, la política o, en el colmo de las aberraciones, hurga en idiomas antiguos y muertos. Aparte de que nuestras mayores fuentes de riqueza residen justamente ahí, en nuestra lengua, nuestro arte y nuestra historia, necesitamos pensar lo que hacemos y no solo hacer.
Me entristece más cuando se argumenta así desde el mundo universitario, porque una universidad sin una dotación importante de humanidades y ciencias básicas, aun sin demanda para los grados correspondientes, precisa profesores e investigadores en esas áreas o deja de ser universidad y deviene en mera formación profesional.
Nun mundo globalizado onde hai oligarquía que aspira a gobernar ao resto da humanidade sen o seu consentimento , sóbranlle a cultura de cada país mesmo as linguas e a relixión . Queren xente que non pense que traballe sen preguntar e mesmo sobrámoslle moitísimas persoas neste mundo. Queren xente que non pense que non cuestione as decisións que toman nos seus despachos cheos de luxo . É vergonzoso que unha porcentaxe menor do 10 % da poboación mundial domine o 90% dos recursos do planeta manexando as vidas de todos nos. Esta globalización busca un mundo sen espiritualidade e mesmo crea falsas relixións para podelas deseñar e controlar , crean opinión como é o control da natalidade, que vivimos moito e non temos dereito a ter unha pensión digna por iso, que no planeta non hai recursos de abondo para todos e por iso hai que limitar o numero de persoas con dereito a vivir.
Buscan un unha humanidade sen valores , trátannos como consumidores, traballadores somos números nas grandes bases de datos que teñen para levar o control.
Por iso sobran as Humanidades .
Paco, probablemente hayas leído «La utilidad de los conocimientos inútiles», de Abraham Flexner. Si no…, ahí va la recomendación. Aparece en el apéndice de La utilidad de lo inútil, de Nuccio Ordine (Acantilado, 2013).
Las escuelas de ingeniería no estaban en un principio vinculadas a la universidad. Eran «escuelas de artes». Hasta hace poco históricamente se ha asimilado el título de ingeniero superior con el de licenciado. Durante mucho tiempo la universidad acogió las carreras de «humanidades» y medicina. Por humanidades se tenía un concepto mucho más amplio del conocimiento que iba desde la literatura, a las Leyes, pasando por las matemáticas y la física. Las ingenierías no tenían el marchamo de carreras «universitarias» sin embargo no por ello carecían de importancia. Las ingenierías estuvieron ligadas a los ministerios de industria o del ejército y sólo recientemente al de educación.
Creo que en este país sobran ingenieros, médicos, abogados, periodistas…pues tenemos un mercado interno muy limitado. Que no nos desarrollemos como potencia industrial tiene que ver con otros factores. Como anécdota cuento que Steve Jobs tuvo en su etapa universitaria, que no llegó a completar, una asignatura que para él sería fundamental en el desarrollo de su macintosh que no fue otra que la de «caligrafía». Esta influyó en los tipos de letra y en la estética del «mac».
Es una estupidez atiborrar a la gente con ecuaciones si no se le prepara la imaginación para utilizarlas.
Javier Biurrn- Ingeniero superior de Telecomunicación- Col. 9694