Me he puesto a recontar sueños a propósito de la venta de Novagalicia a Banesco. Me salen sueños alegres y tristes, de todos los colores, quizá falsos o estrafalarios algunos, pero otros muy sentidos y reales. Los sueños de ciertos perdedores, que sueñan en voz alta porque para eso tienen medios, pueden leerse negro sobre blanco: auguran que el pez chico no podrá comerse al grande y, por tanto, sueñan con una segunda oportunidad. Otros paladean futuros negros que produzcan consecuencias políticas, y ahí los hay de todas las tendencias. No descartaría incluso delirios oníricos en los que el presidente Maduro nacionaliza Banesco un día y, con él, también Novagalicia, de modo que podamos contar, por fin, con una banca pública, aunque sea venezolana.
Pero hay otros soñadores, gente normal que desea con toda el alma que esto salga bien, porque se lo juegan todo en un tablero de ambiciones económicas y políticas en el que apenas cuentan más que como fichas de cambio. Me refiero a las casi cinco mil personas que durmieron sin pesadillas la noche del miércoles después de años recostándose sobre el filo de la navaja. Y a tantísimos empresarios pequeños que aspiran a negociar sus créditos ante alguien con cara, alguien de aquí que les conozca y entienda. Y a los de miles de ahorradores que vivían en la duda, prácticamente acorralados.
Confío en que los nuevos gestores de la vieja caja no malgasten el tiempo con los soñadores del primer párrafo y se concentren en satisfacer cuanto antes a los del segundo: son los que valen la pena, los que lo merecen y los únicos de verdad fiables.
Non hai sonos senón realidades:
Podemos empezar polo despotismo duns dirixentes que en trinta anos dedicáronse a manexar unha entidade publica de aforro pensando no seu peto e non na sociedade que era a dona e na que tiñan que reverter os beneficios. Tamén parece ser que practicaron o nepotismo . E todo isto coa conivencia dos políticos dos grandes partidos e a falta de denuncia de todo isto polos medios de comunicación do país, cando era tempo de facelo, pero aínda a día de hoxe os medios non falan de todos os implicados algúns parecen impunes
Tiñamos unha banca publica na que confiabamos a maioría dos galegos como impositores e que daba un servizo ao país e a seu pobo pero como non era perda de abondo o FROB inviste 9000 millóns e recupera 1000 na venda as perdas van parar ao diñeiro publico.
Pode ser que esta venta sexa o menos mal posible mais a esta situación non se chegou onte , ten moita historia .
Nada que discutir. Refrendo total.