Ayer me escribió «Una cajera», parece que es mi cajera, tres años después del artículo sobre ella que, quizá, nadie recuerde.
Me alegró tanto…
Lo hizo en un comentario a la segunda entrada, «Más sobre la cajera», y me ha costado muchas horas aprobarlo por un pudor comprensible.
Pero es lo que ella quiere y debo respetarla, así que lo publiqué .
Luego se me ocurrió que quedaría enterrado si no aviso: está en este enlace.
Pero Paco, qué cosas tienes. ¿Cómo dices que quizás nadie recuerde esa columna? Fue mítica. De real-one. En su versión del blog y, mucho mejor, en su versión extendida. ¿Salió en Nuestro Tiempo, no?
Lo que me preocupa es que hace tiempo que no descubres historias parecidas. ¿En qué andas?
También yo me lo pregunto 🙂
Qué gran mujer.
Y qué orgullo ser periodista, ¿eh? Con lo complicado que se nos hace a veces estar orgullosos de este trabajo.
Gracias por vencer el pudor (más bobo)