El juez de menores Emilio Calatayud fue entrevistado anoche en La Brújula a propósito de lo ocurrido en Seseña y de la propuesta del PP de rebajar la edad penal: el juez no está a favor del endurecimiento de las penas -muy interesante la reflexión sobre el tiempo de los chicos: para ellos una condena de seis años es mucho mayor que una de diez años para un adulto-, ni de rebajar la edad. Piensa que la culpa de lo que ocurre -hoy se publican datos sobre el incremento de los delitos de menores– es de todos: de los padres, en primer lugar, de la escuela y de toda la sociedad, con especial referencia a los mensajes de «todo vale» que se lanzan desde la vida política y desde los medios de comunicación.
La intervención respondió a la claridad habitual que despacha este juez, sin miedos ni bobadas. Como el enlace a la tertulia no permite avanzar hasta el minuto correspondiente, anoto aquí algunos comentarios del juez, aunque tomados de otra parte (los repitió casi literalmente en la entrevista):
«Se utiliza mucho el concepto del menor con fines políticos y se están olvidando muchas veces los derechos e interés del menor».
Contradicciones: “Barbaridades legislativas como, por ejemplo, que una cría de 13 años pueda consentir relaciones sexuales y sin embargo no pueda darse de alta en tuenti o hacer testamento; que una menor de 12 años pueda comprarse la pastilla del día después y no pueda mantener relaciones sexuales; o que una chica de 16 años vaya a poder abortar sin conocimiento ni consentimiento de los padres y no pueda conducir”.
“Estamos dándole facultades a ciertas edades a los menores cuando cada vez los niños son más pequeños, son más inmaduros, porque cada vez tienen menos responsabilidades, que es lo que te hace madurar”.
“Los padres se han convertido en amigos de sus hijos y no han ejercido de padres. Les da miedo poner límites y eso nos está planteando unos problemas tremendos”.
Televisión: “Están creando una juventud y no la están reflejando. Somos responsables todos, y a veces nos olvidamos en todas las parcelas profesionales de la gran responsabilidad que tenemos cuando hablamos de menores. No todo son derechos, también hay que hablarles de sus deberes”
Pero queda mucho más claro si se le escucha.
Claro, pero ¿que ve un rapaz todos os días en televisión, en internet, na rúa, no instituto…?
Muy bien. De acuerdo, responsabilidad para madurar.
de acuerdo en cuanto a la parte social (por decirlo de algún modo) pero yo sí estoy a favor de endurecer las penas.
biquiños,
No sabemos nada de lo que verdaderamente ocurrió en Seseña. Yo no me siento capaz de opinar con los datos que tengo. Pudo ser una riña o una pelea que acabó en muerte. La única conclusión que quito de aquí es que somos muy frágiles, que una niña llena de vida sale de su casa y a las pocas horas esta muerta. Pero cosas de estas pasaban incluso con Franco, cuando se tenía pánico a la Guardia Civil y a la represalia. Mi padre todavía cuenta como en su juventud murió un amigo de una pedrada. En mi infancia las peleas eran diarias, los barrios eran durísimos. Lo sorprendente aquí es que sean niñas. Los roles han cambiado, incluso en organizaciones muy machistas como las de los “latina Kings” la mujer toma un papel protagonista, integrándose incluso en fracciones femeninas con sus propias bandas. Por lo demás no veo diferencia alguna.
Es muy duro comprobar que es casi imposible recuperar a muchos jóvenes. No quiero decir que su maldad innata, sino que esta les rodea (y no solo me refiero a la tele). Es imposible apartarlos del entorno degradado donde están inmersos. Eso abunda incluso en familias de mucho postín. No se puede ser un cabroncete en el trabajo e incluso presumir de ello, aspirando a que nuestra casa sea un oasis. No puedes robar todo lo que puedes, corromperte, traficar y engañarte pensando que ese veneno no contaminará nuestra propia familia.
Como siempre, aspiramos a cambiar las leyes, a cambiar la política, sin embargo, nada podemos hacer en este sentido si no cambiamos la sociedad. Pero esto da mas de pereza, porque nosotros formamos parte de ella y es mucho más cómodo implicar a los demás e intentar quedarnos al margen que sentirnos parte del problema y la única solución.
Desde hace muchos años sigo al Juez Calatayud y estoy muy de acuerdo con el. A la gente le parecerá un hombre duro y exigente. YO creo que es un hombre sensible y caritativo que muchas veces ha tenido que hacer mas de padre que de juez, pero supongo que todos tenemos claro que ni con mil Calatayud conseguiríamos nada, sino se hace el trabajo antes.
Da un poco de lástima que por culpa de la demagogia se acabe demonizando a la juventud. Me apenas que solo pensemos en penas y cárceles y no en mejorar la convivencia, la socialización, la integración, la cooperación,…, pero eso creo que no es el objetivo ahora de la sociedad. Los jóvenes como los viejos están dopados, narcotizados y abandonados. Muchos me recuerdan a la mascota que ya no nos divierte y la dejamos abandonada. A ellos los plantamos delante del ordenador, los metemos en el armario como ocurre con los Hikikomorís, como esos padres que han abandonado a su hijo real dejándolo morir de inanición, por cuidar otro ficticio o virtual.
La gente pide más condenas, más cárceles. Este demostrado que el rigor de la condena y ni siquiera la pena de muerte influyen en el descenso de la criminalidad. Hay que aprender poco a poco, con el respeto a los mayores, a los padres, a los maestros.
Me decía un policía municipal que frecuentemente son agredidos por jóvenes. Los identifican en una oficina. Allí les rompen todo y finalmente los tienen que soltar. Los padres les dicen delante de ellos que no les pasará nada, Según él bastaría con que ocurriera como Inglaterra. Si te detiene la policía vas al calabozo aunque solo sean unas horas.
Cuando ocurren estas cosas yo reflexiono sobren la causa del desarrollo de sociedades como la finlandesa. Allí –sorprendentemente para nosotros- los maestros son el colectivo profesional mejor valorado y por tanto el mejor pagado. Nosotros por el contrario pensamos en penas y carceleros.
Es difícil hablar sosegadamente sobre este tema sin que uno esté tentado a sacar las vísceras. En primer lugar, el fenómeno de las drogas no es nuevo; lo veo más como una consecuencia que como una causa.
La los padres que han desistido de serlo son la verdadera causa. ¿Qué se puede hacer si decimos que los menores no son responsables?
1) Encarcelar a los padres tantos años como la edad de su hijo por no saber educarlo. Creo que sería una magnífica medida para que la gente se tome en serio la educación
2) En caso de asesinato, violacion, o similar, cadena perpetua o condena máxima equiparable a las de terrorismo para el menor. Un menor que comete esa atrocidad jamás será capaz de rehabilitarse.
3) Para ciertos crímenes, como los anteriormente señalados, no hay edad mínima.
4) 1 y 2 no han de ser incompatibles
No sé si fue Sócrates o Aristóteles quien dijo que a un hijo se le educa treinta años antes de nacer