Me lo he leído y no me ha defraudado por estar en su línea… pero me he dejado caer también por los comentarios y me sorprendió ver algunos ofensivos… ¿es que no se controlan?
También me sorprendieron en estos comentarios muchas llamadas a la revuelta social. La gente tiene ganas de jugar con fuego. Hoy mismo leo en la Voz un articulo de opinión que se lamenta de la impasividad de los sindicatos. Un anónimo que no tiene otra cosa que hacer, puede permitirse cualquier licencia, pero no una persona que dispone de una tribuna con predicamento.
Siempre he sentido curiosidad por cómo se decide el momento en el cual las cofradías deben saltar la reja en la romería del Rocío. En aquel maremagnum de febril paroxismo, se van produciendo varias intentonas que nunca prenden a la primera. Sin embargo y -sin que aquello tenga una aparente lógica-, toca arrebato y todo el mundo se lanza en masa. Los grupos sociales funcionamos como un ente autónomo y desde nuestra individualidad no somos capaces de entender fenómenos como la caída de muro de Berlín, -minutos antes de la gran revuelta social, nadie sospechaba que aquello ocurriría y en un momento dado aquello explotó.
Yo creo que deberíamos ensalzar a señores como Abadía, que nos hablan de soluciones y esperanza, que nos hacen diagnosticos basados en la experiencia y el sentido común que atesoran las personas mayores, pero tenemos que rechazar y apartar el altavoz a aquellos que buscan caminos cortos y que todavía a pesar de las enseñanzas de la historia reciente, piensan en soluciones milagro.
Es genial. Gracias
Me lo he leído y no me ha defraudado por estar en su línea… pero me he dejado caer también por los comentarios y me sorprendió ver algunos ofensivos… ¿es que no se controlan?
También me sorprendieron en estos comentarios muchas llamadas a la revuelta social. La gente tiene ganas de jugar con fuego. Hoy mismo leo en la Voz un articulo de opinión que se lamenta de la impasividad de los sindicatos. Un anónimo que no tiene otra cosa que hacer, puede permitirse cualquier licencia, pero no una persona que dispone de una tribuna con predicamento.
Siempre he sentido curiosidad por cómo se decide el momento en el cual las cofradías deben saltar la reja en la romería del Rocío. En aquel maremagnum de febril paroxismo, se van produciendo varias intentonas que nunca prenden a la primera. Sin embargo y -sin que aquello tenga una aparente lógica-, toca arrebato y todo el mundo se lanza en masa. Los grupos sociales funcionamos como un ente autónomo y desde nuestra individualidad no somos capaces de entender fenómenos como la caída de muro de Berlín, -minutos antes de la gran revuelta social, nadie sospechaba que aquello ocurriría y en un momento dado aquello explotó.
Yo creo que deberíamos ensalzar a señores como Abadía, que nos hablan de soluciones y esperanza, que nos hacen diagnosticos basados en la experiencia y el sentido común que atesoran las personas mayores, pero tenemos que rechazar y apartar el altavoz a aquellos que buscan caminos cortos y que todavía a pesar de las enseñanzas de la historia reciente, piensan en soluciones milagro.