El vendaval nos dejó a oscuras en Galicia. Una semana después, diez mil hogares siguen sin electricidad.
Otras zonas españolas sufrieron problemas parecidos, pero se ha restablecido el servicio.
Hoy Galicia es noticia en los diarios nacionales porque seguimos a oscuras. Sobre todo en algunas áreas rurales.
Hasta hace poco los partidos gallegos presumían cuando mejoraban sus porcentajes de voto en las ciudades.
Y yo me enfadaba, porque parecía que insinuaban: «Los listos nos votan más».
Últimamente, algunos partidos -siguiendo métodos fraguistas- se complacían de haber mejorado su presencia en el medio rural. Y esto, a pesar de los métodos, me alegró. Suponía que, por fin, se prestaría la atención debida a las gentes del campo.
La oscuridad de ahora, paradójicamente, arroja mucha luz: sólo buscaban votos.
Estamos donde estábamos.
Seguimos a oscuras.
Actualización:
Lois Blanco: Queremos luz (1.02.09)
Qué tristeza. Aquí muchos nos quedamos sin luz unas horas, pero casi todos la recuperamos rápidamente. Como debería ser en cualquier lado. Me acuerdo de aquellos orensanos que quitaron al burro de su sitio resguardado para dejarme espacio para la tienda de campaña. ¿Serán de los que siguen sin luz?
Aquí nos ponen los procesos contaminantes y con la energía y la celolusa se imprimen los libros en otro lado. Los que prometieron redimirnos de ser un pueblo “asoballado” y se prometían enmendar la patraña del plan Mega, coronarán profusamente nuestros montes con molinillos y si siguen así acabarán quemando los libros importados por si resulta que son subversivos.
Tenga usted cuidado, a lo mejor nos la intentan colar diciendo que su combustión tambien produce energía.