Escribe Scriptor a propósito de la blogocampaña contra la pornografía infantil:
«Por razones de viaje no pude contribuir explícitamente, el pasado día 20, día previsto, a la exitosa Blogocampaña contra la pornografía infantil.
Algo quería decir, a propósito de lo expresado en la convocatoria, que arrancaba así: «La pornografía infantil en la Red es una lacra imparable que ensucia nuestras vidas cada día. La presión policial con macroredadas no es suficiente para detener las malas prácticas de estos individuos, que actúan desde el anonimato que puede brindar la Red golpeando las vidas de cientos de niños, incluso bebés, en busca de un deseo sexual depravado y enfermizo.»
Para abundar en lo que sobradamente han dicho y hecho los 1.115 blogs y webs de todo el mundo que han participado, sólo quiero aquí y ahora destacar unas ideas de un artículo de J.M. de Prada, que algo tienen que ver con las raíces de esta cuestión.
Las tomo, precisamente, de «La raíz del problema» (ABC, 4 Octubre, 2008):
«EL fariseísmo contemporáneo ha encontrado en la condena de la pederastia uno de sus ejercicios retóricos predilectos. Hace un par de días, la Policía Nacional desmantelaba una red de pornografía infantil -y van…- y detenía a más de ciento veinte personas que intercambiaban a través de Internet imágenes en las que niños de muy corta edad, casi bebés, eran sometidos a las sevicias más aberrantes; todos nos hemos indignado muchísimo, nos hemos rasgado las vestiduras y hemos solicitado que a tales tipejos infrahumanos se les castigue con el máximo rigor.
Nadie se ha molestado, en cambio, en describir el caldo de cultivo en el que tales tipejos infrahumanos florecen, tal vez porque, si lo hiciéramos, nos veríamos obligados a reconocer que se parecen demasiado a nosotros mismos. Probemos aquí a describir ese caldo de cultivo: por una parte, hallaremos que los niños, antes de nacer, han sido relegados a la condición de «amasijos de células» sobre los que nos hemos arrogado un derecho de disposición absoluta que incluye su destrucción física; por otro, descubriremos que los niños, una vez nacidos, son sometidos a agresiones diversas que anhelan su destrucción espiritual.
Los niños que se salvan de ser despedazados en los abortorios son arrojados a una máquina trituradora que avasalla su inocencia y pisotea su dignidad. En esta guerra inmisericorde contra la infancia vale todo, con tal de que se disfrace con los ropajes de los sacrosantos derechos y libertades: y así, en el hogar, se les condena a una vida escindida, mediante el sacrosanto «derecho al divorcio» que asiste a sus padres; en la escuela, se les obliga a recibir adoctrinamiento ideológico y se les inocula el veneno de la llamada teoría de género, todo ello, por supuesto, en aras de que puedan vivir plenamente su «libertad sexual».
Y por si aún las agresiones que reciben en el hogar y la escuela no hubiesen sido suficientes para desnaturalizar su infancia, por si aún su alma no estuviese suficientemente arruinada, la propaganda mediática se encarga de arrebatarles el pudor y convertirlos en adultos precoces, escamoteándoles las realidades más esenciales de la condición humana y sustituyéndolas por un batiburrillo de risueñas escabrosidades que incluyen, por supuesto, todo tipo de reclamos sexuales. (…)»
La Blogcampaña no tenía nada de lo que Juan Manuel de Prada llama con razón «fariseísmo contemporáneo». Es más, pienso que todos los que participamos en difundir la «blogcampaña» estamos en el mismo campo que JM de Prada.
Sirva este recordatorio para recordar lo intrincado -y en el fondo sencillo- de los asuntos realmente vitales.
Sirva también para recordar que algunos políticos locos, aprendices de brujos, quieren algunas cosas sin sus antecedencias ni sus consecuencias. «Quien compra el charco, compra la sal», decía el viejo Aristóteles».
Yo creo que la campaña nos ha servido a muchos para abordar también nuestra propia posición ante determinados temas. El artículo al que te refieres aborda algunos temas que yo también me cuestiono. Yo soy una de esas madres que tiene un hijo escindido. He procurado que, a pesar de mi situación, pueda seguir visitando a su padre. Me esfuerzo en inculcarle unos valores de respeto y tolerancia. Sin embargo, soy consciente también de que puede ser un adulto precoz porque ya es un niño precoz. No trato de buscar excusas pero, muchas veces, a pesar de nuestros esfuerzos es bien cierto que el mundo que nos rodea no se lo pone fácil a nuestros hijos y los conduce por caminos que no siempre son los más adecuados. Sin embargo, con todas nuestras limitaciones y errores, los padres seguimos pedaleando en ese camino interminable que es la vida.
Vaya por delante mi felicitación por la campaña contra la pornografía infantil, realmente todo lo que se pueda hacer desde cualquier ámbito social será poco, pero grandioso a la vez. Ahora bien, no creo que J.M. de Prada acierte un ápice en el asunto. Ha mezclado un problema realmente grave, el de los niños que son literalmente violados, degradados y la mayoría rotos para toda la vida, con el agravante de convertir semejante acto en un artículo del más oscuro consumo, con el tema de los «sacrosantos derechos». ¿Es que el divorcio tiene algo que ver con este tipo de prácticas? ¿Es que Lamia es responsable de que ocurran cosas así? Gracias al divorcio, no lo olvidemos, muchas mujeres pueden liberarse de situaciones realmente extremas, y niños, y también hombres. tampoco creo que tenga nada que ver la Educación para la Ciudadanía con esto, o «el veneno de la teoría de género». No me meto con el asunto del aborto porque creo que es bastante más complejo, aunque, de nuevo, tampoco creo que tenga nada que ver con este asunto. Además, cuando se detienen a esos «infrahumanos» lo más terrible es que son personas de todas las extracciones sociales habidas y por haber, y de todo tipo de ideologías. Lo peor del mal no es que esté orquestado desde determinadas instancias. instituciones o mafias, o que sea producto de unas formas de pensar, sino que haya sujetos completamente normales, cotidianos, que comulguen con ese mal o que simplemente se dejen arrastrar. En fin, tal es mi opinión, por supuesto discutible.
Dos cosas indiscutibles, por recoger la última palabra de Guillermo:
a) Lamia no tiene ninguna culpa, efectivamente.Doy fe.
b) Los niños criados por personas que no son sus padres biológicos (hijos anteriores del otro cónyuge, sobrinos, etc.) corren un peligro mayor de abusos. Hay estadísticas sobre esto, bastante precisas, aunque referidas exclusivamente a Estados Unidos. Otros dos índices interesantes al alcance de cualquiera: los casos que se leen en la prensa y la tradición literaria (desde los cuentos infantiles hasta las novelas de Dickens).
Admiro profundamente la prosa de de Prada, y admiro su frecuente sentido común y valentía para decir muchas cosas. Sin embargo en este punto yo también creo, como Guillermo, que patina un poquito. Nuestra sociedad está moralmente perdida, pero no creo que se pueda meter todo tan alegremente en el mismo saco. Los divorcios, el aborto, la libertad sexual.. no sé, está un poco espeso. Una cosa es verdad, se tiende a convertir todo en objeto de sexo, ya no de deseo, y se mercantilea con los niños vistiéndolos y exhibiéndolos como si también fuesen un producto.
En cuanto a los de las estadísticas sobre hijos criados por padres biológicos o no… No sé, una cosa es Blancanieves, otra Estados Unidos, y otra la realidad. Me cuesta trabajo creer que eso tenga alguna relación.
Estou con De Prada en que o veleno é a «teoría de xénero», responsable de tantísimos divorcios, rupturas que serían impensables hai corenta ou cincuenta anos; responsable de nenos escindidos, pero tamén de nenos desatendidos por nais que traballan fóra da casa; culpable tamén de que tantos maiores e enfermos non estén a recibir a atención que precisan das súas familias e teñan que estar en residencias ou mal coidados por estraños porque non hai ninguén na casa que tome conta deles; culpable tamén de tantas mortes de mulleres que, envelenadas un día por absurdas teorías feministas, decidiron non aturar un golpe máis; responsable tamén da infelicidade de tantos homes, que non entenden en qué mundo están a vivir agora e só envexan a sorte dos seus avós, varóns tan felices, tranquilos cabezas de familias plácidas… Un sesentón que eu coñezo teno moi claro: «Se nos separamos, a miña muller nin un duro!» Xa bastante fixo o pobre con mantela trinta e tantos anos sen que ela fixera máis que coidar a casa e os catro fillos.
Demos de feministas!
Pau: ¿Una cosa es Blancanieves, otra Estados Unidos y otra la realidad? ¿Seguro?
Amalia: la teoría del género tiene menos que ver con el feminismo (muchas de las corrientes feministas no la aceptan) que con otras cosas. Es una teoría compleja cuyo núcleo podría resumirse así: la identidad sexual es elegible -con independencia de los datos biológicos- y puede ser múltiple -no sólo hombre o mujer- y cambiante. Esa idea explica comentarios como los que aparecieron en Menéame al comienzo de la blogocampaña: «¿No saben que los pedófilos, es una inclinación sexual, no una moda que se pueda escoger? No se puede «curar» la pedofilia, al que le gustan los críos, le gustan los críos». A eso, me parece, se refiere De Prada.