El periódico de ayer recogía algunos datos de la Memoria de la Fiscalía. El más destacado era el aumento de agresiones de los hijos hacia padres y abuelos. También señalaba que la pornografía infantil supone un porcentaje elevadísimo de los delitos informáticos.
El periódico de hoy cuenta una nueva redada (121 detenidos) de pronografía infantil en internet. Trae también una noticia descabellada . Y otra.
Todo ello sumado a lo que comentaba en entradas anteriores sobre infancia (Semana negra, por ejemplo) y educación.
¿Entonces, qué?
Sólo sé que el último argumento de Miguel cuando algo le parece injusto o le desconcierta (y, ay, suele tener razón) es: «Mamá, es que soy un niño».
Así que sólo me queda acompañarlo, enseñarle que también tiene obligaciones, procurar que coma bien, que no se enfríe, que sepa distinguir las ortigas y confiar.
Lo que cuenta y saca a debate Paco es cosa muy seria. ¿No estaremos creando una sociedad de monstruos con tanta pornografía, drogas y demás asuntos que están en la mente de todos?
El domingo pasado, sin más lejos, al salir de casa pude observar con estos ojos que me dio Dios como una pareja -chico y chica- en la acera de enfrente por donde caminaba el menda (eran las 8:45 a.m.) estaban en plena acción…¡
Y sus padres, donde carallo dormitaban!. Al verme los dos tuvieron algo de pudor y finalizaron sin que tuviera que sacar el móvil y llamar al 091 ó 092. Ninguno de los dos llegban a los 20 años.
Hombre, Xosé. El «escándalo público» ya hace tiempo que no es delito. Si hubieses llamado a la policía habrías perdido el tiempo. Pero todo eso es una anédota. Sería punible un mayor de edad con una menor. Eso sí.
Otra cosa: Las drogas, la pornografía, etc, no son la causa, sino el síntoma de que algo no funciona en nuestra cultura. Pero como siempre, ¿la gallina o el huevo? Yo creo más en que son síntomas de que las personas han perdido el rumbo.
La salud mental es el mayor de los bienes…
Te agradezco, Javier, tus líneas pero no me quedo tranquilo -no debemos quedarnos tranquilos- por lo que es punible o no. El Imperio romano se fue al traste después de lo enorme que fue. La conquista del árabe en España se acabó cuando dejaron de vivir según los cánones morales y éticos. Nuestra sociedad y cultura se agrieta cuando no estamos firmes y fuertes en nuestras vidas.
¿Hemos pensado en esta juventud -al igual que la del mayo del sesenta y ocho- que será dentro de unos cuantos lustros? Un puñado de guñapos, sin cultura, sin ilusiones, sin paado y sin presente. Si apuramos sin futuro. Los que lleguen allá, que serán unos pocos. Beben, eructan, gritan, tragan la comida, hablan para ellos mismos, sólo les mueve los dibujos animados, las consolas…
NO debemos quear tranquillos. Algo hay que «facer», amigo Javier. Pienso que escribir en este blog ya es algo. ¡Que no pare el temario!
Todos los imperios se desmoronan por lo mismo: Declive moral. Y así está pasando en EE.UU.
http://www.lavozdegalicia.es/opinion/2008/10/02/0003_7189063.htm
(Lo siento, Paco, pero me encanta)
No me fijo tanto en el hecho en sí, que tu ibas a denunciar (y hubieses metido la pata) porque bueno, yo prefiero ver a gente «en el ajo» o besándose que pegándose o molestando a gritos (bastante más frecuente). El caso que citas no deja de ser una mera anécdota (por tus criterios, yo tengo que ser un degenerado, por todas las que hice).
Lo que me importa es la falta de respeto. Te contaré una cosa muy simpática que me pasó en la biblioteca de la Escuela, hace muuuuchos años…Estaba una parejita pegándose «un lote» brutal. Y yo en la mesa de enfrente preparando un examen. En aquella época yo andaba a «pan y agua» y me molestó aquello porque en el fondo yo los envidiaba y me distraían. Me acerqué y les dije educadamente que la biblioteca no era el lugar adecuado. Con la misma cortesía se fueron y pidieron disculpas. Ya ves, y yo no soy precisamente un «santito».
Esas cosas son «accidentes», no se pueden tomar como muestra de nada, pues en todas las épocas hubo «calentones» irrepimibles. Es humano y entendible. Pero aquellos chicos tuvieron la educación de irse cuando se les dijo que estaban actuando mal. A lo mejor tú podías haber hecho lo mismo. Pero hay una diferencia sustancial. Yo no soy tan viejo, pero ahora por llamar la atención a cualquier persona, más si son jóvenes, te arriesgas a que te agredan o en el mejor de los casos que te insulten. Y es precisamente eso lo que no paso en mi caso (Ese es el verdadero mal, no el acto en sí mismo). También te puedo contar una vez que llamé la atención a un chico por estar pegando a su «amiga». Pues al final me ‘comí’ todo, ambulancia incluída. (El chico, la chica, y todos sus amigos a darme patadas cuando ya estaba en el suelo). Este es el verdadero declive moral. La violencia gratuita, el «aquí vale todo», ya que como soy menor, no me pueden hacer nada». Las borracheras, el sexo, y las trastadas se han practicado desde siempre. Pero nunca, que recuerde, hubo tanta falta de consideración hacia el semejante.
Todo lo que ves son síntomas de un declive moral serio (en el sentido más profundo de moralidad). Ahora ya no ayudo a nadie ni me meto en líos. Cruzo la acera y paso de largo. También a mí me han hecho peor persona por dejar de actuar…
Mayo del 68…Eran unos bonachones en comparación con estos gamberros.
Un saludo y hasta mañana. Unha aperta
Javier: Te contaré un chiste corto. Una señora abre el frigorífcico y encuentra un tío que está allí acurrucado y le dice:
-¡Oiga, señor! ¿Qué hace usted ahí?
.- Señora, ¡soy la leche!
Lo cuento porque cada vez que escribes das en el clavo.
.- Javier. ¡Eres la leche! ¡Tienes más razón que un santo!
Quizás son los años, el DNI, el culpoable de estas faenas. Hace años en USA ocurría lo que tú cuentas, y en Suecia, Alemania… ¡la gente va a su bola y deja el mundo correr!. La gente no hacía caso de lo que pasaba a su lado porque si intentaba ayudar al herido de bala, acudía el FBI, sherif, policía, al fin de cuentas, y le decía: .-¡Usted, acompáñeme al departamento del distrito! ¿por qué lo hirió y le atacó?. (Lo hemos visto en algunas películas y se nos calentaba la sangre a la vez que pensábamos: ¡Qué imbecil de tío, el policía!).
Muchas gracias, Javier por esta lección de mundología que me das. Pero el primo primi es diferente en cada cual. Y te calientas por dentro. Procuraré tomar nota del tema y ver lo que pasa.
Me agradraría conocerte personalmente. Otra aperta. Y gracias mil.
Gracias por tus palabras, Xosé. Aprendí algo de «mundo» cuando salí del «útero de la Universidad». Al salir conocí el amor, sus sinsabores y muchas cosas…pero estas cosas prefiero contártelas en privado (Dile a Paco, o se lo digo yo, que te facilite mis datos de contacto). No tengo tanto mundo cuando en el fondo soy un «niño grande», quemado algo por la lucha diaria. Para mi las cosas deberían ser muy simples y las hacemos complicadísimas.No tengo tanta «mundología». Quien la tiene son mis padres, cada cual a su estilo. Mi madre es una persona sabia y mi a padre…es difícil definirlo. Yo creo que cada cual reacciona según los modelos que tiene cercanos.
Quizás yo sea más «liberal» (Dios me libre en el sentido económico de la palabra), pero también más golfo. Mis amigos tienen una característica común: se puede charlar con ellos largas horas sin cansarse.
Un abrazo