Copio la entrada de mi Allendegui, que Dios y él me lo perdonen:
«Cuanto más navego por Internet más me abrumo. Uno podría pasarse la vida entera surcando los mares de html, de enlace en enlace hasta lacerarse los dedos apretando el ratón. Por eso, para mí fue un gran alivio cuando llegué hasta el final de Internet. En ese remanso paso mis vacaciones digitales aliviado por la finitud de la red».
Perdonado, y además, agradecido.
Uf! Gracias a ti. Quizá debería haber traducido la página del enlace…
Este Allendegui…