Carcajada. Me ha recordado a las agencias de viaje que ofrecen niños gratis. Y a aquella leyenda (¿será cierta?) del periódico navarro que cambió una «i» por una «u» en su titular sobre el obispo que se fue a Pitillas.
Después de la pornografía infantil, me temo que con esta puntilla tendrás otra avalancha de visitantes. Los míos, al menos, dejan en paz a los niños y me permiten un poco de cachondeo: después de los textos sobre el museo islandés de penes y sobre la Eurocopa sigo recibiendo frecuentes visitas que buscan penes de futbolistas. Se ve que es un elemento muy cotizado (iba a escribir «al alza», pero mejor no).
mikel
el 7 agosto 2008 a las 5:44 pm
Estoy de acuerdo con Ander. La verdad es que después de la entrada anterior creo que volverás al ‘pringue virtual’ con el título que le has puesto a ésta.
En cuanto al cartel tiene su gracia porque si alguien le ha sacado una foto imagino que será porque llevaba ya un tiempo ahí puesto. Y si fue así, alguien tuvo que ponerlo. Y a ese empleado, ¿no se le ocurrió pensar que era una errata y que había que cambiar el cartel? A lo mejor es que, conociendo la moda actual, le pareció un adjetivo adecuado para el tipo de prenda. Desde luego casar casa bien con lo que se ve por la calle. Pero ese es otro tema.
Paco Sánchez
el 7 agosto 2008 a las 7:57 pm
No creo que se repita la avalancha guarra. De hecho, ni una entrada ni la otra han provocado una sola visita de ese tipo hasta el momento.
prometeo
el 7 agosto 2008 a las 8:10 pm
.Mikel, pues yo me enrollo con ese tema con vuestro permiso.
Los tiempos están cambiando. No hace mucho escuché una polémica entre una chica joven y el cantante Bertín Osborne. La muchacha se jactaba de haberse acostado con el que bien podría ser su padre. Bertín lo negaba e irrumpió en escena la madre para afirmar que era cierto, que su hija se había acostado varias veces con el cantante. Antes las madres defendían la virtud de sus hijas y ocultaban cualquier “desliz”. Ahora sin embargo lo contaban con todo lujo de detalles en los medios de comunicación. Algunos padres se siente incapaces de inculcar a sus hijos el menor decoro y permiten que se vistan como fulanas o chulos de discoteca. A mi me parece otra modalidad de pornografía ver a esas niñas adolescentes con balanceándose sobre unos zapatos de tacón, super maquilladas, con unas uñas de Fumanchú pintadas de estridentes colores, contoneándose y hablando como la petarda de moda. Un cuerpo sano y bonito luce espléndido sin maquillaje alguno. Puede vestir ropa deportiva incluso ceñida pues muchas veces la actividad física lo requiere. Puede lucirse en la playa y presumir de lozanía, pero se llenan de tatuajes y pirsings. Este último es un negocio en plena expansión. Un día le pregunté a una jovencita porque se había tatuado un símbolo de Cachemira para toda la vida en una piel tan bonita. Me contestó. Yo pensé que era celta y me parecía que molaba. Quieren ser duros. chicos malos que se comen el mundo. Lo que se comen es la moral de sus padres que han renunciado a razonar con sus hijos, quizás porque no tienen nada que razonar. Déjate el pelo largo, ponte crestas de colores, viste camisetas irreverentes, se rebelde de verdad, pero no te vistas como una putilla o mancilles tu cuerpo acribillándolo de chatarra. Los tatuajes tenían un sentido en la Polinesia. Lo tienen en prisión o en una orden militar. Pueden servir para jurar amor eterno a una novia, una madre o una virgen. Los viejos marinos decían que servían para identificar un cuerpo aparecido en el mar. Los anillos para marcar un cabo remontado. Si habías remontado el Cabo de hornos o el de Buena esperanza, podías ponerte un pendiente por cada uno. A las niñas se les perforan las orejas en nuestra cultura. Lo respeto porque esta en nuestra tradición, si bien a mi hija le dejaría decidir a ella. Lo demás no entiendo de donde nos viene. ¿con que nos identifica, pues ahora también se tatúan las amas de casa. El denominado “espíritu de reafirmación” de la adolescencia debe tener otros modelos que no sean las putillas y los macarrillas de la tele.
Amália Verdura
el 7 agosto 2008 a las 8:56 pm
Pero é que precisamente ese é o modelo de feminidade que vende e que se nos impón neste mundo: o de ensinar cacho, teta, cú ou, simplemente, mostrar unha actitude hipersensual ainda que sexa só coa mirada. E iso pasa coas nenas, coas adolescentes e con calquer muller adulta. E pasa no día a día, pero sobre todo nos medios de comunicación, onde as mulleres teñen un lugar privilexiado cando mostran algo desa hipersensualidade tan en boga. E cando non son elas as que «se» mostran son eles -os medios digo- os que «as» mostran. Esta semana, por exemplo, un amigo díxome: «Mira a páxina x do periódico y» e alí estaba a catro columnas una fermosa foto do cú dunha surfeira apenas cuberto polo biquini. E iso pasa continuamente.
Carcajada. Me ha recordado a las agencias de viaje que ofrecen niños gratis. Y a aquella leyenda (¿será cierta?) del periódico navarro que cambió una «i» por una «u» en su titular sobre el obispo que se fue a Pitillas.
Después de la pornografía infantil, me temo que con esta puntilla tendrás otra avalancha de visitantes. Los míos, al menos, dejan en paz a los niños y me permiten un poco de cachondeo: después de los textos sobre el museo islandés de penes y sobre la Eurocopa sigo recibiendo frecuentes visitas que buscan penes de futbolistas. Se ve que es un elemento muy cotizado (iba a escribir «al alza», pero mejor no).
Estoy de acuerdo con Ander. La verdad es que después de la entrada anterior creo que volverás al ‘pringue virtual’ con el título que le has puesto a ésta.
En cuanto al cartel tiene su gracia porque si alguien le ha sacado una foto imagino que será porque llevaba ya un tiempo ahí puesto. Y si fue así, alguien tuvo que ponerlo. Y a ese empleado, ¿no se le ocurrió pensar que era una errata y que había que cambiar el cartel? A lo mejor es que, conociendo la moda actual, le pareció un adjetivo adecuado para el tipo de prenda. Desde luego casar casa bien con lo que se ve por la calle. Pero ese es otro tema.
No creo que se repita la avalancha guarra. De hecho, ni una entrada ni la otra han provocado una sola visita de ese tipo hasta el momento.
.Mikel, pues yo me enrollo con ese tema con vuestro permiso.
Los tiempos están cambiando. No hace mucho escuché una polémica entre una chica joven y el cantante Bertín Osborne. La muchacha se jactaba de haberse acostado con el que bien podría ser su padre. Bertín lo negaba e irrumpió en escena la madre para afirmar que era cierto, que su hija se había acostado varias veces con el cantante. Antes las madres defendían la virtud de sus hijas y ocultaban cualquier “desliz”. Ahora sin embargo lo contaban con todo lujo de detalles en los medios de comunicación. Algunos padres se siente incapaces de inculcar a sus hijos el menor decoro y permiten que se vistan como fulanas o chulos de discoteca. A mi me parece otra modalidad de pornografía ver a esas niñas adolescentes con balanceándose sobre unos zapatos de tacón, super maquilladas, con unas uñas de Fumanchú pintadas de estridentes colores, contoneándose y hablando como la petarda de moda. Un cuerpo sano y bonito luce espléndido sin maquillaje alguno. Puede vestir ropa deportiva incluso ceñida pues muchas veces la actividad física lo requiere. Puede lucirse en la playa y presumir de lozanía, pero se llenan de tatuajes y pirsings. Este último es un negocio en plena expansión. Un día le pregunté a una jovencita porque se había tatuado un símbolo de Cachemira para toda la vida en una piel tan bonita. Me contestó. Yo pensé que era celta y me parecía que molaba. Quieren ser duros. chicos malos que se comen el mundo. Lo que se comen es la moral de sus padres que han renunciado a razonar con sus hijos, quizás porque no tienen nada que razonar. Déjate el pelo largo, ponte crestas de colores, viste camisetas irreverentes, se rebelde de verdad, pero no te vistas como una putilla o mancilles tu cuerpo acribillándolo de chatarra. Los tatuajes tenían un sentido en la Polinesia. Lo tienen en prisión o en una orden militar. Pueden servir para jurar amor eterno a una novia, una madre o una virgen. Los viejos marinos decían que servían para identificar un cuerpo aparecido en el mar. Los anillos para marcar un cabo remontado. Si habías remontado el Cabo de hornos o el de Buena esperanza, podías ponerte un pendiente por cada uno. A las niñas se les perforan las orejas en nuestra cultura. Lo respeto porque esta en nuestra tradición, si bien a mi hija le dejaría decidir a ella. Lo demás no entiendo de donde nos viene. ¿con que nos identifica, pues ahora también se tatúan las amas de casa. El denominado “espíritu de reafirmación” de la adolescencia debe tener otros modelos que no sean las putillas y los macarrillas de la tele.
Pero é que precisamente ese é o modelo de feminidade que vende e que se nos impón neste mundo: o de ensinar cacho, teta, cú ou, simplemente, mostrar unha actitude hipersensual ainda que sexa só coa mirada. E iso pasa coas nenas, coas adolescentes e con calquer muller adulta. E pasa no día a día, pero sobre todo nos medios de comunicación, onde as mulleres teñen un lugar privilexiado cando mostran algo desa hipersensualidade tan en boga. E cando non son elas as que «se» mostran son eles -os medios digo- os que «as» mostran. Esta semana, por exemplo, un amigo díxome: «Mira a páxina x do periódico y» e alí estaba a catro columnas una fermosa foto do cú dunha surfeira apenas cuberto polo biquini. E iso pasa continuamente.
De Pitillas, será.