Así ha titulado Juan Antonio Giner una de las dos entradas que publica sobre el escritor y disidente ruso. Glosa el título con cuatro frases de Solzhenitsin. Traduzco apresurada y libremente tres de ellas:
«El elemento más llamativo que un observador ajeno percibe en el Occidente actual quizá sea un declive del coraje»
«El mundo occidental ha perdido su coraje civil, tanto en conjunto como individualmente: en cada país, en cada gobierno, en cada partido político y, por supuesto, en la ONU»
«Tal declive del coraje es particularmente notorio entre los grupos dirigentes y la elite intelectual, lo que produce la impresión de una pérdida de coraje en toda la sociedad»
También en el blog de Giner: Sozhenytsin in his own words.
El particular coraje de Solzhenitsin destaca por haberse mostrado en la lucha de lo que parecía una dictadura perfecta; totalitarismo interno en la propia Rusia y apoyo, comprensión y complicidad a lo que se tenía como una utopía en marcha, desde la inteligentsia occidental.
Además de su testionio personal nos legó una obra inmortal, Archipiélago Gulag.
Fue lamentable la ridiculización que de su figura se hizo en España durante los años setenta.
La historia va poniendo a cada cual en su sitio.
Saludos.
Me fastidia un poco cuando se juzga al escritor por su vida o cuando se juzga la vida del escritor por su obra. Esos vaivenes no me gustan… Y apunto esto para afirmar que la obra de Solzehenitsin es un plomo. Su prosa pesa demasiado, aburre. Creo que el tiempo no se lo perdonará.
Y que alguien que se haya tragado los volúmenes de Archipiélago gulag me lleve la contraria, por favor.
Ya está, ya me he sacado las ganas.
(Para mí, Razgon o Shalamov superan a Solzhenitsin).
Milton, abramos el campo… No fue sólo España; y no fueron sólo los 70… Fue la mayor parte de la intelectualidad de Europa Occidental (con Francia a la cabeza) que durante decenios miraron para otro lado o no quisieron ver lo que tenían delante de sus narices.
Y no fue sólo con Solzenitsin.
Eresfea
La apreciación de la calidad de una obra depende del momento vital en el que la leas. Acceder a Archipiélago Gulag en los setenta era toda una revelación, un libro a devorar. De grandes consecuencias vitales, de representación de la verdad del mundo y del potencial de crueldad humana.
También de la estupidez y del nihilismo práctico en España; un país que desvinculaba la moral de sus consecuencias políticas y sociales. Los nuevos buenos defendían el Gulag, el genocidio de la disidencia necesario para el advenimiento de la nueva utopía. Pero Solzhenitsin condiciona el estilo al servicio de la memoria de las víctimas que sufren un terror individualizado, sistemático y de una cueldad innovadora.
Las víctimas del Holocausto Nazi han tenido grandes escritores testigos de su imprescriptible crimen; pero apenas hemos contado con testigos como Solzhenitsin que levantaran acta del al menos tan cruel y más masivo Holocausto progresista.
El Archipiélago Gulag es libro de literatura del espanto y también sociología encarnada del terror. A la altura de Dostoievski, y de muy superior compromiso con su pueblo y con toda la humanidad.
Saludos.
De acuerdo contigo, Milton: el momento de cada uno marca mucho las lecturas.
Pero matizaría el éxito de los 70. El testimonio, necesario, del horror del gulag es indudable; sin embargo, creo que la mejor literatura tiene una permanencia, una atemporalidad, que no encuentro en Archipiélago gulag. O sea, si funcionaba en los 70 y no funciona ahora… ¡Ay!
Esto no descarta que todo se reduzca a mi torpeza como lector, pero me gustaría que más lectores de Solzhenitsin opinaran.
Dostoievski permanece.
Un cordial saludo.
Yo sí que creo que Solzhenitsyn es un gran escritor: puedes leer Un día en la vida de Iván Denisovich, que es un libro breve, o dos novelas ‘de largo aliento’ (que dicen los pedantes): El primer círculo y Pabellón de cáncer.
Yo creo que mientras muchos de sus contemporáneos ya están olvidados, sus novelas permanecerán; no sólo como testimonios -que también- sino como buena literatura.
Saludos
Tengo ‘Archipiélago Gulag’ en dos tomos. Me leí el primero, hechizado pero a empujones. El segundo tomo no llegó a la mesilla: me remordía no empezar a leerlo, pero el hecho es que no lo empecé. Hace tiempo me dijo nuestro amigo ami que ‘Un día en la vida de Iván Denisovich’ es mucho mejor. Lo tengo en la biblioteca, en una edición de 1970, sin leerlo, y precisamente esta mañana lo he sacado y lo he puesto a la vista. ¿Qué opinas de él, Eresfea?
Solzhenitsin desvela los horrores de totalitarismo soviético al mismo tiempo que el nacimiento del eurocomunismo intenta salvar los restos demarcándose con tibieza de la línea marcada por Moscú. La nomenclatura de los partidos comunistas europeos sabía perfectamente que Solzhenitsin decía la verdad, sin embargo la consigna de los comités centrales y muchos intelectuales fue de negación y huída hacia adelante reafirmándose empecinadamente en ocultar la realidad. Se usó la difamación, la descalificación incluso se justificaron los gulags si servían para encerrar a gente como el crítico ruso. El encubrimiento obstinado, se convirtió así en cómplice de un crimen. Al emponzoñar los valores y la ética, ellos mismos precipitaron al poco tiempo la destrucción de sus organizaciones.