Cuenta Ander que el belga Wim Vansevenant ha conseguido, por tercera vez, el último puesto del Tour. Y no es el peor corredor, sino un gran gregario:
Es cierto que sus cualidades no le permiten escalar puertos con los mejores, ni esprintar con los más veloces, ni rodar tan fuerte como los contrarrelojistas, ni siquiera participar en esas escapadas maratonianas en las que los secundarios se despellejan para conseguir un bingo que les cambie la vida. Vansevenant no juega a eso. Vansevenant se dedica a otra cosa: ayudar al jefe. Y en eso es un fuera de serie.
No olvidemos dos detalles evidentes: está en uno de los mejores equipos del mundo; y año tras año su líder Cadel Evans lo quiere en el grupo selecto que correrá el Tour para ayudarle. ¿Cómo ayuda? Eso es lo menos evidente.
Pero es lo que cuenta con detalle Ander en su apasionada entrada, que no sólo hace justicia a un gran corredor.
Gracias por el enlace, Paco. Pronto caerá Walkowiak.
Me hace pensar esta entrada en que hay personas que tienen un importantísimo y casi nunca reconocido como se debe denominador común: la generosidad sin límites, la entrega absoluta, el amor más sincero, más profundo, y una ausencia total de protagonismo.
Las mujeres de esta época no necesitan ser señora de nadie para realizarse y triunfar.. Podemos decir que aquella expresión que reza que detrás de un gran hombre hay una gran mujer, parece fuera del contexto actual. Sin embargo la realidad es obstinada y la mayoría toman un papel discreto ocupándose de las cosas pequeñas y terrenales que son la verdadera esencia de la vida. Las labores no acaban de ser nunca compartidas y yo las veo todos los días acarreando niños y bolsas de la compra. Renuncian a sus carreras y cuando vuelven, lo hacen heroicamente sobrecargadas de trabajo y responsabilidades. Yo tengo la suerte de compartir mi vida con una mujer que siempre me ha motivado y comprendido. Seguramente sin su apoyo no sería nada. Trabajo con muchas mujeres madres y reconozco que yo no sería capaz de seguirles el ritmo: son auténticas atletas corredoras de fondo. Calladas, animosas, aguantando con los sinsabores de la vida, pero mas fuertes que nadie. Sus maridos son los que se llevan los honores y ellas son las que con muchas dificultades aguantan del peso del hogar y la familia.
Para gregarios de lujo, Óscar Pereiro.
Saludos
Ander nos tiene monopolizados. Qué tío.
Generosidad, entrega, amor, y ausencia del protagonismo. Me gusta. Prometeo, aunque luego te refieres a las mujeres de una forma admirable (gracias!), creo que también hay hombres que son callados, animosos, quienes aguantan los sinsabores de la vida y quienes resultan ser la fuerza de la vida de otras vidas.
Si Jeanne Belgrave si, es cierto. Aunque son los menos, también se da esa encomiable actitud en algunos hombres.
El caso es que como decía mi abuela:
Unos cardan la lana, para que otros se lleven la fama.
pues es un puesto muy honroso… la sombra del vencedor.
bicos,
Aldabra