Hace dos o tres años tuve que dar una charla a un grupo de chicos que se graduaban. Intervenían varias personas y debía hablar sobre qué se supone que las empresas esperaban de ellos.
No sé si mi brevísima intervención gustó a los profesores -que no me dijeron nada- ni a los chicos -que también callaron-, pero apasionó a algunos padres. Resumidamente dije que las empresas dan mucho valor a la gente normal, con ganas de entenderse con los demás y sentido positivo, gente con capacidad de aprender y de cohesionar, gente amable y acogedora, que se fija en las virtudes de los compañeros antes que en sus defectos, que se preocupa más por las soluciones que por los problemas.
En el fondo quise decir, pero en Galicia no se dice, gente maja. Lo recordé al leer el artículo que publica hoy Leopoldo Abadía.
Al lado puede encontrarse el de S. McCoy, muy alarmante, sobre la influencia de la crisis financiera en la comunidad afroamericana: «En Estados Unidos los negros lo tienen negro o cómo se gesta una bomba social»
«gente maja» yo lo digo mucho y soy gallega, aunque tal vez sea menos gallega comparada con otros que se consideran más gallegos que nadie… bueno, no importa, al menos a mí no me importa, sé lo que soy y eso me basta.
Creo que es más importante una persona maja que se compenetra en el equipo, que colabora, escucha y aprende que las personas no-tan-majas que están por encima del bien y del mal porque tienen muchos títulos y muchos master y un sueldo con muchas cifras pero que no caen bien a nadie (a lo mejor)…
«la unión hace la fuerza» y no sé quién lo dijo.
bicos,
Aldabra
Ahora la gente no es maja, es guay. Y no solo, eso: el guaismo está instaurado en las más altas capas sociales. Véase si no a María Teresa Guay de la Vega, José Luis Guay Zapatero o últimamente a Mariano Reguay. Lo que ocurre es que la gente de a pie suele olvidarse de ser guay cuando la bomba de relojería está a punto de estallar. Es el miedo: justo antes de reventar todo, cada quién busca su refugio porque ya no hay manera de desactivar nada. Después, una vez que todo está destrozado, volveremos a ser guays para procurar recomponerlo.
Pasa mucho entre los trabajadores de empresas que atraviesan problemas. Solemos juntarnos y hacer fuerza común cuando ya queda poco que hacer. (uy lo que he dicho!!!)
Pues yo no sé qué empresas buscan a esa gente. Estaría bien conocerlas.
En el caso de los Ingenieros Informáticos (que es lo que me toca de cerca) recién titulados, la mayor parte de las veces se meten a una empresa «cárnica» (Indra, Everis antes DMR, etc.) donde lo que importa es el número de horas que hagas. Si tú haces tus horas y te vas, pero tus compañeros se quedan más por el bien de la empresa y del proyecto en el que están trabajando, eres un insolidario y un mal compañero. Ahora bien, si te quedas es por amor al arte, porque el pago de horas extras no está bien visto. Eligen gente como quien elige fruta (póngame dos kilos de ingenieros), que cuando se cansen de aguantar se irán sin ninguna repercusión para la empresa, ya que tendrá nueva carnaza fresca lista para entrar.
No todas son así, está claro, pero lo de que quieran a gente maja no lo tengo muy claro.
Saludos!
Desde altas instancias como la ONU, han advertido sobradamente de esa bomba social larvada no solo en el tercer mundo, sino también dentro de los países desarrollados.
No parece que nadie se atreva a meter mano a ello, sobre todo, porque coincide con otras prioridades que por otra parte son la causa del problema. Lo sorprendente es que nadie con mas información que nosotros, hiciera previsión de este problema cuando se vivía el momento de las vacas gordas. Las arcas públicas se han volatilizado y la receta al parecer es la austeridad y el retraimiento del gasto público, sumado a la contención de beneficios y salarios. Es una contracción de la sociedad y la economía que dejará fuera como siempre a los débiles y llegará a amenazar los logros sociales de los últimos años, incluso resucitando el fantasma de la quiebra del sistema de pensiones.
Sobre la bomba larvada, transcribo un comentario que acompaña a la encuesta de «La Voz» sobre si la gente tiene miedo a perder su empleo.
Debate: ¿Teme por su empleo?
Además mucho.
Autor del comentario:
Loliño
Localidad:
Santiago de Compostela
Fecha de publicación:
Miércoles 25 de junio de 2008
Temo por mi empleo, por el de mi esposa y lo que es más importante por no poder pagar la hipoteca del piso al banco y con ello verme abocado al desahucio y a la indigencia tanto yo como mi esposa y mis dos hijos.
Pero si hace falta y porque mi familia no pase hambre y no se vea abocada a la indigencia, soy capaz de robar y matar si ello fuere preciso.
Yo soy de esos al que hace pocos años los bancos me dieron un credito hipotecario para comprar mi piso y ahora estoy casi ahogado para poder subsistir
ESTO DA MIEDO