Perdón por lo de ayer. Los lunes son difíciles. Intentaré acabar esa entrada hoy. Mientras, por si os interesa, dejo dos enlaces a mi analista económico preferido. No sé quién es. Se oculta en el seudónimo «S. McCoy». Si alguien tiene una pista sobre su identidad, la agradeceré.
Los enlaces:
De hoy, sobre lo que podría aportar un Ministerio de Igualdad bien llevado: Una fórmula sencilla para que la economía española crezca un 15%.
De ayer: La mejor X no es la del porno.
Confío en terminar la historia de As Pías… poco antes o poco después de comer.
La de ayer:
Je, je, vaya, he leído el artículo sobre el Ministerio de Igualdad y tiene su gracia pero no me convence. Y no me convence porque cae en lo que a mí me parece un error y que es algo común: comparar la situación de España con la de otros países (habitualmente la de países del norte de Europa) sólo en aquello que nos interesa. Y a través de esa comparación, que aparece como conclusión, elabora toda una teoría que a mi entender es errónea porque falla en el inicio.
Me viene a la cabeza la película ‘El festín de Babett’, que es muy bonita y que, por cierto, no he visto cosa semejante en lo que es trasladar el arte culinario al cine. Pero en fin, no es ese el caso.
La cuestión es que en aquel pueblecito del norte de Europa, creo que también era Dinamarca, se vivía bien, formalmente bien diría yo. Sin embargo, la comparación entre la Francia suntuosa y exhuberante y aquel pueblo espartano es notable. ¿Quiénes era más felices? No sabria decirlo, quizás cada uno a su manera. ¿Quiénes ‘vivían mejor’? Para un latino claramente la cocinera francesa que sabía aprovechar lo bueno de la vida y compartirlo con los demás.
Y ahora abordo la cuestión esencial. Casi todos los pensadores políticos de importancia sabían o intuían que buena parte del éxito de un sistema político dependía de su adecuación al carácter o al humor de un determinado pueblo. A la hora de hacer planteamientos económicos o proponer medidas económicas me parece que también hay que tenerlo en cuenta. Por ejemplo, se dice que en España habría que vivir más de alquiler, como hacen en otros países de Europa. Puede que efectivamente sea una buena medida económica pero tengo la impresión de que por nuestra forma de ser se trata de una medida que nunca tendrá éxito, o por lo menos el éxito esperado.
En definitiva, en mi opinión el cesto hay que hacerlo con los mimbres disponibles, que tienen unas características determinadas, y no con los mimbres de otros. El proceso comienza por analizar tú entorno, sus características, su estructura, por mirar hacia España y esforzarse por entender nuestra forma de ser.
Termino y propongo una medida que se podría llevar a cabo y que nos saldría gratis sin la necesidad de un Ministerio de la Igualdad: que los horarios laborales sean de 8 a 15 en todas las empresas (bueno, quien dice de 8 a 15….también pueden ser de 9 a 16, o de 9 a 17 con comida en la empresa… vamos, lo que conocemos como horario europeo). Creo que es una medida bastante sencilla y que solucionaría muchísimos problemas y no nos costaría gran cosa.
Unha aperta,
Mikel
Lo del horario es fundamental. No solo es bueno desde el punto de vista social, sino que aumenta la productividad. Esto está totalmente comprobado, por eso se aplica en muchas empresas de producción pura y dura. Hay que hacer una paradita para descansar, pero sin esos palizones de ir a comer casa y volver con atascos, transporte, aparcamientos etc. La jornada partida tendría que ser prohibida por ley. Se ahorrarían toneladas de petróleo y CO2 en la atmósfera y la gente sería más feliz y productiva. Creo que los usos (como tu dices Mikel) tienen un fundamento en las costumbres y en el entorno. Los españoles somos así, porque aquí hace más calor. Por esta razón en el Caribe no gusta el fútbol y prefieren el béisbol que exige correr menos… Por poner un caso, en Ourense la gente en verano madruga mucho, duerme la siesta y emprende la jornada por la fresca. Otro tanto en Extremadura cuando la canícula donde los pueblos parecen desiertos. Antes se trabajaba el campo. Ahora no, tenemos luz en el despacho para entrar a la hora que sea necesario, aire acondicionado, calefacción, todo tipo de trastos ergonómicos para que no nos movamos y no sudemos… Las circunstancias han cambiado y queramos o no, la sociedad también se irá adaptando. . En lo que respecta a las ventajas, transmito los comentarios de mis compañeros: Dentro de la familia hay mucha mejor relación. Los padres están por la tarde en casa. Pueden ir al cole a hablar con los profes, acompañar a los hijos a las actividades extraescolares, compartir labores en casa. Algunos incluso se apuntan a entrenar chavales o participar en alguna asociación de base. Dicen que tienen mas relaciones sociales, que tienen tiempo para sus aficiones, que su vida ha cambiado. Con respecto al tema de la igualdad, pues efectivamente se puede poner en valor como se ha hecho con las energías limpias. Las sucias, pagan un canon para premiar a las limpias. Si la propia administración que administra una parte importante del PIB, (creo que un 18%), cumpliera sus propios postulados, ya sería un acicate para todos sus proveedores. Creo que crear un ministerio es mas cómodo, es mas mediático e incluso mas barato que intentar poner firmes a los sátrapas. Dudo como tu que sea efectivo. Para mí, toda acción por parte de la administración topa con una barrera insalvable que son los funcionarios. Cuantos más se contrata, mas burocracia se crea y mas se paralizan las gestiones que se eternizan. Creo sinceramente que pegaríamos un salto en el PIB, reduciendo decretos, órdenes ministeriales, bandos leyes ordenanzas etc., etc., La legislación española es amplia y profusa pero laxa en su cumplimiento y por tanto discrecional para que al final vengan los sátrapas y manden en el asunto que harán que como todo.
Las mejores intenciones naufragan en el mar de los sargazos de la burocracia y los despachos oficiales. Lo que menos necesitamos es otro Ministerio. Sería tan fácil como decir: A partir de ahora un puntito en los concursos públicos a las entidades certificadas en temas de conciliación familiar e igualdad… No costaría un duro y estoy seguro que sería mucho más efectivo.
Prometeo, comparto buena parte de tu análisis pero al final he notado como un resbalón. ¿Menos burocracia y terminas añadiendo un nueva norma en los concursos públicos? Hmmm…no sé.
El carácter de un pueblo está influenciado por el entorno. Estoy de acuerdo. Y también las costumbres y la arquitectura. De todos modos, lo del fútbol y el caribe… En Brasil les encanta el fútbol y calor creo que fai dabondo. Además, en el sur de Galicia hace bastante calor pero en el norte, no tanto.
Seguiremos…
Mikel
Mikel con lo del fútbol en el Caribe, repito una teoría que allí cuentan en varios países. También se comenta el caso de Brasil, pero… (Yo no entiendo nada de fútbol), alegaban que los brasileros juegan fresquitos en la playa y aprenden a ser malabaristas del balón no futbolístas. Por eso nunca podrán superar que un país tan pequeñito como Uruguay les hubiera ganado sus mundiales en una final en el Maracaná. (Al parecer fue un trauma tan grande y tan humillante que muchos se suicidaron tirándose de las gradas. ¡Que chalados¡)
Con relación a lo de las leyes y la burocracia, pues es posible que tengas razón, pero yo no soy tan iluso como para pensar que se pueden eliminar todas las ordenanzas.
Tengamos cuatro y no cuatrocientas, eso sí, que esas cuatro las cumplamos todos. El mal que padece nuestra administración debe ser consecuencia de añoranza de un viejo imperio pues también aprecio lo mismo en Portugal. Creo que cuando se mandaba un virrey a Cuzco en el siglo XVI era, como hoy enviarlo a Marte (por lo distante e incontrolable). Por eso, se le entregaba un libraco gordo que recopilaba toda una gama cromática de disposiciones que podría amplicar el “adelantado” a su discreción. . Así se garantizaba la lealtad del funcionario de turno, dejándole hacer lo que quisiera, pero por orden Real y si quería esa patente de corso, tenía que acatar ese mandato.
Los derroteros ingleses advierten a sus navegantes: “la legislación española es amplia y profusa, pero la administración es laxa en su cumplimiento. Ten mucho cuidado sin embargo de no caerle mal al guardia de turno, porque puede arruinarte la vida.”
Por eso los ingleses se atreven a pleitear con la administración por una libra y nosotros ponemos cara de buenos y sumisos cuando nos toca turno de ventanilla. Si el legislador tuviera eso presente, se preocuparía legislar solo aquello que se puede cumplir, pero como eso no entra en sus esquemas mentales, simplemente rellenan boletines oficiales y nos someten a todos a una inseguridad jurídica que nos bloquea y lastra enormemente.
Seguramente mi argumentación tendrá algunas lagunas o resbalones como tu dices, pero con tus agudos comentarios, me enseñas a hacerlo mejor, que es de lo que se trata y por eso te lo agradezco. (lo digo sinceramente y sin ironía) Yo tengo mucho que aprender, pues como he confesado, solo soy un humilde chapucillas que esta muy por debajo del nivel de un foro como este.
Totalmente de acuerdo, Prometeo. Totalmente. Lo que describes ocurre hasta un punto insospechado en la legislación sobre asuntos de comunicación: amplia, prolija, contradictoria y, sobre todo -especialmente en la radio- incumplida
¿Habéis leído, por cierto, el otro enlace? El de la X y el porno?
Vaya, acabo de leer el de la X y el porno. Está muy bien, mejor que el otro. Me ha gustado mucho. Lo recomiendo.
Mikel