La Voz de Galicia

Envilecer

Se miden la altura moral e intelectual, la imaginación y la veracidad de un polemista por su capacidad de proporcionar datos, informaciones y argumentos: cuanta menos información y más insultos o comportamientos violentos, menos razón suele asistir a quien así debate. El insulto es el recurso rastrero de quien no tiene razones que aducir en su ataque o en su defensa. Señala la escasa inteligencia o el déficit de honradez. Cuando al insulto se le añade una dosis de mentira, lo dicho o lo escrito se reduce a una baba amarilla, viscosa.
Duele ver ese comportamiento en los que aspiran a merecer —sin conseguirlo— la condición de periódicos, pese a que hayan nacido viciados por un partidismo tan loco que ni siquiera defienden los intereses de la entidad que representan, sino solo los de sus rectores.
Pero quizá duela más el recurso a tan bajos procedimientos en un periódico que … Seguir leyendo

Rosa Díez pregunta a de la Vega sobre poligamia

A raíz de la foto con un polígamo y sus tres mujeres y de las declaraciones horrorizadas, ya comentadas aquí, Rosa Díez presentó el día 20 en el Congreso un escrito que termina con estas preguntas:

PREGUNTAS

1.- ¿Considera oportuno el Gobierno mantener el criterio de la Seguridad Social por el

cual se reconoce eficacia jurídica a los matrimonios poligámicos, si están realizados

conforme a la legislación personal del causante de una prestación de viudedad?

2.- ¿Cuántas pensiones de viudedad, a la fecha de contestación de la pregunta, han sido

reconocidas de causantes poligámicos? ¿Cuántas de entre ellas han sido recurridas a los

Tribunales, por quien y por qué motivos?

3.- Si el Tribunal Supremo manifestara que no pueden tener eficacia jurídica esos

matrimonios polígamos, ¿El Gobierno cambiará el criterio o bien instara las

modificaciones legislativas necesarias para que esa poligamia pueda tener eficacia

jurídica?

4.- ¿Va a denunciar … Seguir leyendo

Devolver la visita

Después de unos días sin poder atender el blog, compruebo que no hago falta: funciona solo, porque ha sido invadido por los comentaristas. Ya han escrito aquí mucho más que yo y, aunque ni aparezca, siguen discutiendo la última entrada o entradas antiguas. Se enzarzan en discusiones interminables que nada tienen que ver ya con lo que yo hubiera propuesto. Bueno, pocas veces tienen realmente que ver.

Para los asiduos: los caballos de Prometeo (bueno, una parte de ellos) salen hoy en la home de lavozdegalicia.es y en la última del cuadernillo de Coruña de La Voz.

Aprovecho también para devolver la visita a Compostela, Sonsoles, Un quiosco de malaquita, Entre nómadas, Ser persona, Seguir senderos, Farrapos de gaita, Giro 360º y al Pianista. Supongo que me dejo alguno, pero ya lo repescaré. Vuelvo pronto.… Seguir leyendo

Expropiaciones forzosas

Parece que determinadas fiestas populares, en este caso el Corpus, producen urticaria en algunos medios, porque responden a una centenaria cultura cristiana. Escribí sobre eso hace algunos meses en Nuestro Tiempo, y lo dejo ahora aquí, sin más comentarios, porque… porque, bueno, los lunes son imposibles.

Expropiaciones forzosas

Hay dos frases hechas que circulan como verdades asentadas en el debate político de muchos países occidentales. Por supuesto, no son las únicas bobadas que se dicen, no, se dicen muchas más, pero cierto manifiesto con motivo del vigésimo octavo aniversario de la Constitución Española ha traído de vuelta esas dos memeces a los diarios y tertulias de este país. Me refiero al énfasis en la “necesaria separación de la Iglesia y del Estado” y a lo de que “los católicos no deben imponer sus creencias a la sociedad”.

Hace ya dos años largos, un artículo del New York Times decía que … Seguir leyendo

Amor y miedo

El caso de Antonia Ferroño, de 76 años, impedida, vejada por varios menores, me ha impresionado mucho, no tanto por la naturaleza del suceso (desgraciadamente, casi habitual) como por la actitud de la señora.
Dice que ha vivido un año entero con el miedo en el cuerpo, pero que no ha querido denunciar a los chavales, que aparecían a las tres o a las cuatro de la mañana para interrumpir su sueño a pedradas. Dice que ni presentó denuncia ni quiere que les hagan daño alguno. Dice que en todo caso habría que castigar a sus padres, «que non lles dan educación». Repite lo mismo otras dos veces en la entrevista.
Cuando Emiliano Mouzo le pregunta por qué no los denunciaban los vecinos, responde que quizá tuvieran miedo de que empezara a ocurrirles lo mismo que a ella si lo hacían.
La última pregunta del periodista, sobre si conocía … Seguir leyendo