Callé sobre el debate. Siguen coleando las glosas. Pero solo me he visto reflejado en esta de J. Giner, que resumo, porque el original está en inglés. Resulta algo abrupta, quizá demasiado directa, pero muy clara:
-«Un moderador robótico preocupado sólo por el tiempo»
-«Dos candidatos mediocres que muestran gráficos malos»
-«Sin propuestas de futuro»
-«Sin periodistas de verdad que hacen preguntas de verdad»
-«Dos candidatos que hablaban del pasado, sin destrezas televisivas, sin ideas, solo insultándose»
Los demás comentarios de Giner todavía son más contundentes.
Yo sí «caí» en hablar del debate. No puedo estar más de acuerdo.
Un abrazo.
Igualmente de acuerdo. Añadiría además que el debate tuvo más aspecto de acontecimiento deportivo, tanto por la expetación creada como por el morbo que tenía ver las caras de los contendientes encajando los golpes. Respecto a esto me pareció observar que tuvimos más ocasiones de contemplar el rostro descompueso de Rajoy que el de Zapatero. Triste espectáculo. Pero me ayudó a decidir mi postura.. algo es algo.
No vi el debate. No interesa la telebasura, por más que la disfracen de reality político en las elecciones. No comprendo cómo no les da la espalda el pueblo, por hipócritas, egoístas, mentirosos… (hoy no sigo).
A mi me bastó con ver la mesa que me hacía pensar en una consola de Xbox (la consola como los juegos tienen mejor aspecto) y las corbatas, azul la de Zapatero y roja la de Rajoy.
Pon a man no corazón, ainda que sexa no lado esquerdo, e dime, que esperabas?
Tampoco seguí el debate, pero los pocos insultos y réplicas insultantes que oí me dieron exactamente esa impresión.
Esto de que las preferencias al suscribirse le salgan a uno en inglés… 😛
Con retraso, pero bienvenido a la blogosfera. A ver si sigo tu ejemplo y retomo mi negociado.
Después de tu entrada sobre «besos» «besitos» y demás me da miedo despedirme, así que…
— (sustituye los guiones por lo que te apetezca)
Qué criticones os habéis levantado. ¿Hubo insultos? No demasiados, si analizamos la transcripción del debate. ¿Juego subterráneo? Más que en un Sevilla-Osasuna. ¿Candidatos mediocres? Claro, pero ya lo eran antes del debate. ¿Sin propuestas de futuro? Ninguna, pero ¿quién ha dicho que el objetivo de ese debate lo fuesen? ¿Sin ideas? Niego la mayor. Las hubo en abundancia. ¿Hablaban del pasado? Pues sí, pero ¿qué tiene de malo? No entiendo por qué nos extraña que el jefe de la oposición exija cuentas al presidente del Gobierno, aunque también es cierto que por momentos parecía que los roles se habían cambiado. ¿El moderador se limitó sólo a controlar el tiempo? No del todo. Recordad que llego a afirmar que «el próximo 9 de marzo el presidente del gobierno será Rajoy o Zapatero». Ok, es cierto, pero no debería haberlo dicho porque podría ser entendido como apólogía del voto útil.
¿Quién ganó y quién perdió? Pues depende de los objetivos que se hubieran planteado. Si se trataba de fidelizar a la propia parroquia, los dos ganaron. Si el fin era movilizar a los abstencionistas perezosos, posiblemente ZP fue mejor. Si se trataba de recuperar o fortalecer la imagen de presidenciable, Rajoy lo consiguió en mayor medida que ZP. Si el objetivo era inclinar la balanza de los indecisos, los dos perdieron.
En cualquier caso, el PP perderá las elecciones, pero eso da para otro comentario.
Saludos
Uf. Ay. Arf. Ah. Oh. Uf.
No entro en la discusión ideológica, ni en valoraciones de los candidatos. Como lingüista mejicano me he fijado en algunos detalles objetivos que paso a enumerar, por si aclaran comportamientos de los dos:
José Luis R. Zapatero:
FUNCIÓN DEL DISCURSO
a) Comparar para convencer: “Se examinan los dos candidatos”.
b) Acusar, en tramos concretos (tema del estatuto catalán, por ejemplo).
SITUACIÓN DEL DEBATE
a) No interpela directamente a los espectadores (permanecen fuera del debate: “Hoy los ciudadanos podrán comparar dos modelos bien distintos”).
b) Se dirige al moderador
c) Interrumpe al otro
FORMA DEL DISCURSO
a) Estructura bimembre polar, antonimias y contrastes. Explícitos: “diálogo, respeto, tolerancia vs. crispación, confrontación, división”; implícitos: “leal, humilde, fiable” opuesto al otro modelo, sin mencionarlo expresamente, “desleal, soberbio, mentiroso”.
b) Enumeraciones organizadas en paradigmas complejos: medidas para “jóvenes y mayores”, “hombres y mujeres”, “empresarios y trabajadores…
c) Uso de la primera persona como garantía y compromiso
d) Modulación enfática, a veces exagerada
e) Más persuasivo que correcto
f) Más consciente de la teatralización del debate
g) Acompasa gestos y contenido correctamente. Transmite con ellos serenidad y sinceridad.
CONTENIDO DEL DISCURSO
a) Silogismos simples y complejos: “Un país que desprecia a sus creadores es un país que vuelve la espalda al futuro, y un político que incurre en ese desprecio no puede presidir un país”
b) Léxico: abstracto: desarrollo de lo “público”, antónimos, referencia a códigos objetivos “morales” (códigos “democráticos”, de la “convivencia”… Referencia a la mujer, a los discapacitados…
c) Intensificación constante de lo positivo (magnífico) y adjetivación demasiado genérica
OTROS RECURSOS
a) Insinuación: “Debería haber tomado nota del debate Solbes-Pizarro”, “en mi legislatura hubo sólo 4 víctimas, en la última del PP, 238”
b) Juegos de palabras: “Nosotros servimos a los ciudadanos desde el poder y ustedes se sirven de los ciudadanos para llegar al poder”
Mariano RAjoy
FUNCIÓN DEL DISCURSO
a) Acusar: “Se examina sólo el candidato socialista”. A veces usa la comparación pero subordinada a la crítica (“usted hace x pero dice y”). Con los gestos insiste en este objetivo: señala con su mano al adversario
b) En particular, acusar a Zapatero de que ha mentido
SITUACIÓN DEL DEBATE
a) Habla directamente a los espectadores en segunda persona (¿A uds. qué les parece, estamos hoy mejor que hace 4 años?). Pretende involucrar al espectador creando el efecto de objetividad para su discurso (“yo sólo quiero lo que los españoles quieren”) y el efecto de aislamiento argumentativo de su rival (“sólo el Sr. Zapatero no ve esto que todos los demás vemos)”.
b) No se dirige, ni siquiera con la mirada, al moderador. Elimina con esto la teatralidad de la escena, buscando la interpelación directa con el espectador.
FORMA DEL DISCURSO
a) Frente a Zapatero, usa poco la comparación (sólo para desmentir)
b) Usa el modelo de pregunta/respuesta. Afán didáctico
c) Cercanía con el lenguaje de la calle (“para que se entienda bien”, repite en varias ocasiones). Salva así su aparencia inexpresiva. Giros coloquiales (currante), frases hechas (abrir el melón, apretarse el cinturón), metáforas gráficas (“elegir entre seguir dando bandazos o enderezar el rumbo”).
d) Didáctico, claro, directo, incisivo
e) Mala modulación de la voz
f) Falta de acompasamiento de los gestos con el contenido de las intervenciones.
CONTENIDO DEL DISCURSO
a) Intensificación continua de los negativo: “altamente peligroso”, “no ha tomado ni una sola medida”, “bandas organizadas muy violentas”, “datos demoledores”…
b) Aseveraciones argumentativas no desarrolladas: “usted ha agredido a las víctimas del terrorismo”.
c) Léxico: concreto (enumeraciones de alimentos, hipotecas, vivienda…). Campos de valores como el “orden”, “mérito”, “trabajo” Ausencia de referencias a la mujer. Vínculo de los campos de la “emigración” con el de la “delincuencia” y la “inseguridad”
OTROS RECURSOS
Ironía (“Nunca pensé que Ud. Iba a poner al señor Bush de ejemplo”, “por lo visto yo fui el peor ministro y usted el mejor presidente desde los Reyes Católicos”)
¡¡Se han ido todos los estilos de la página!! La tecnología es traicionera… 😛
Pelopatrás: aquí todo parece estar bien.
Yo tampoco veo bien la página, ni con Explorer ni con Mozilla.
Pues no estaba bien, pero me parece que ya está arreglado: muchísimas gracias
Sólo un pequeño comentario sobre la lengua de los políticos. Muchas veces se critica el lenguaje político por su falta de claridad. Pero es que el lenguaje político, con un objetivo persuasivo, se aleja casi naturalmente de la idea de claridad. Parafraseando la conocida frase del político francés Talleyrand, la función del lenguaje y de las lenguas en la política no es comunicar los pensamientos, sino, más bien, la de ocultarlos: permitir una ambigüedad calculada, insinuar, amortiguar conceptos espinosos, etc. De ahí que una crisis se denomine desaceleración, que un conflicto laboral sea el nombre de una huelga o que las discrepancias en el seno de un partido se llamen simplemente diferentes sensibilidades.
por otra parte, pensamos que el discurso político busca ser eficaz, es decir, tiene un fin práctico: convencer y crear opinión. Por ello, los atisbos de poesía, las metáforas o los juegos de palabras, se subordinan necesariamente a este fin práctico. Si la creación metafórica pierde eficacia comunicativa práctica (= si deja de ser ilustrativa y comunicativa), entonces queda solamente como un hecho llamativamente cursi. La metáfora de la niña española que cerró el discurso de Rajoy es un buen ejemplo de metáfora que, más que dar vida, mata.
Bueno, pues nada más. te envío un fuerte abrazo