La Voz de Galicia
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Si algo nos distingue a los seres humanos del mundo animal es que somos seres simbólicos, es decir, que a través del lenguaje podemos construir significantes que nos remiten a significados varios y podemos pensar y presentificar las cosas aunque no estén,  incluso crear realidades nuevas a través de la poesía.

La palabra Símbolo viene del griego y hace referencia al Symbolon, una estatuilla de arcilla que los griegos partían en dos cuando alguien de la familia se marchaba de Odisea por ahí y, al regresar, la única forma de reconocerlo era juntar las dos partes del symbolon. Símbolo pues, quiere decir «lo que une».

Los Logos no son más que símbolos que representan una marca, un espacio o una idea: la estrella de Mercedes, el género en los baños o los lacitos de colores para causas varias. Muchos de ellos son efímeros, pero hay otros que son permanentes e incluso globales.

Uno de los que me resultan más entrañable es el cilindro tricolor que alterna listas azules, blancas y rojas  de las barberías y que se remonta al Medievo, entonces el cilindro era de madera con franjas rojas y blancas que se asociaba a las «sangrías» que allí se practicaban. El cirujano barbero de entonces ataba en el cilindro  vendas rojas usadas para secarlas al sol y blancas para efectuar los torniquetes previos a la extracción; más tarde los colegios de cirujanos denunciaron por intrusismo a los barberos ante el rey Jorge II (1745), pasando a incorporarse la banda azul como símbolo exclusivo de los mismos.

El Logo del Metro de Madrid es otro símbolo imperecedero. Creado por el arquitecto Antonio Palacios e inspirado en el del Metro de Londres, se diferencia en que el inglés es redondo y el madrileño romboidal, pero mantiene los mismos colores rojo, blanco y azul (salvo en la boca de Chueca que luce los colores LGTBi.)

El logo de los Estancos españoles es uno de los más antiguos del mundo con cerca de cuatrocientos años de historia, cuando el tabaco llegó al reino procedente de las Américas: una hoja de tabaco con una «t» dentro que simboliza los timbres que también se dispensan allí.

Más reciente es el logo de Correos -tres siglos- cuya cornamusa simboliza el instrumento que los carteros sonaban al llegar a la villa para repartir la correspondencia; el fondo amarillo corresponde al color distintivo de  la familia italiana Tassis, pionera en el reparto de postas -y de la mensajería privada- hasta que Felipe V dispuso convertir en Renta Real el servicio de Correos que había sido creado en España por Felipe el Hermoso en el s: XVI.

Veremos a ver lo que dura la manzanita.