La Voz de Galicia
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El director del zoológico informó por megafonía  que dentro de cinco dias se procedería a una remodelación para incorporar nuevas especies y  regenerar  las instalaciones. Con  tal motivo convocaba  un gran debate de ideas y propuestas. Los
zoológicos ya no eran como los de antes dónde los animales acababan devorados entre sí o por sus propios  amos. Nunca se había vivido tan bien en el zoológico.

PoroFilipo su propietario, pensaba a todas horas cómo hacer entrar en el debate y consensuar algo con unas criaturas rebosantes de bienes y de una libertad jamás conocida, que se proclamaban  “anti todo” y que no se mostraban conformes con nada, despreciando todo el bienestar conseguido. Los  más fieros volvieron a amenazar con volver a devorarse pero esta vez no sería por un zoologico más justo, sino para satisfacer el implacable instinto de lucha  taraceado en su ADN.

Por ello ideó dirigir el debate de tal manera que se pudiera hablar de todo pero sin pronunciar cinco palabras: izquierda, derecha, ultra, extrema y facha (fascista). Sorprendentemente los habitantes del zoológico no fueron capaces de polemizar.

Esto le llevó a pensar en el «centro» aristotélico pero: ¿cómo van a encontrar  un término medio en un discurso que se basa solo en esas cinco palabras y sin ellas no existe?

Lo políticamente correcto – pensó- es el anverso de lo más incorrecto politicamente  , esperaba que la mayoría defendiera  una  instigación consciente y voluntaria del extremismo, del odio y del no, para poder hacer entrar en razón a los “Anti todo”.

Pero la legión de individuos que se declaraban desfavorecidos por el zoológico sin haber aportado nunca nada a la caja y que no  recibían con gratitud sino que exigían violentamente no fueron capaces de debatir sin esas cinco palabras.

El debate quedo suspendido.