La Voz de Galicia
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Afuera aparte el vértigo que produce la conquista de este Nuevo Mundo que se crea a sí mismo gracias a la tecnología, hay que reconocer que éste es un tiempo en el que la ciencia va muy por delante de la otra vía de conocimiento humano que es el arte.

La creatividad de la ciencia está siendo muy superior porque demuestra  más imaginación y osadía, formuliza realidades tan apasionantes como  «La teoría del caos», «Los fractales»,  » Las estructuras disipativas «, «El paradigma holográfico»…

El arte en cambio hace tiempo que no formaliza nada tan rompedor; no hay cielos de Vangoh que adelanten el espacio de Eisntein, ni silencio en los calderones de la novena sinfonía de Beethoven que no pintara Velazquez en  las Hilanderas, ni Soroyas que enciendan la luz antes que Fenosa.  Quizás estoy hablando desde la ignorancia porque no conozco de  arte todo lo que me gustaría conocer, pero recién finalizado ARCO, no he oído ni leído nada relevante que no fuera la sobada  clave de la provocación y el aumento de las ventas.

La ciencia crea mundos nuevos, elimina enfermedades, serena el alma, construye lo imposible, reconstruye cuerpos, se pasea por planetas  y nos ha abierto la puerta a una nueva dimensión virtual.

El arte decora notablemente estos logros pero no consigue ningún sobresaliente. Hay artistas capaces de hacernos sentir emociones intensas pero pocos capaces de emocionarnos con una nueva emoción.

La ciencia descubre que el mundo no tiene dioses y que cada uno es su propio creador. La ciencia corrige la realidad de un mundo dirigido por un diseñador y demuestra que el diseñador es el diseño mismo, que se auto regula para permanecer siempre dentro de un equilibrio. La ciencia enseña que cuando se produce una desviación de ese equilibrio se ponen en marcha mecanismos autorreguladores encaminados a restablecer la homeostasis perdida.

Fíjense cómo cuando se produce una desviación del equilibrio político como el que ha ocurrido estos últimos años en los que la izquierda ha extremado sus soflamas más allá de lo moderado – portavoces y portavozas-,  surge como de la nada el partido de Vox que viene a corregir esta desviación cargando por el otro lado.  Estos fenómenos trascienden  las ideologías, son meras estrategias del sistema para mantenerse en equilibrio. La ciencia permite otra comprensión del mundo desvelando esta verdad.

No sé de ningún artista contemporáneo  que haya creado una obra capaz de mostrar cosas de este calibre.

Desde la ignorancia en esto del arte, se me antoja que para que éste pueda crear algo verdaderamente nuevo tendría que «resetearse»,  volver hacia los orígenes desandando el camino hasta encontrar el punto dónde perdió su intensa capacidad  creativa.

Quizás.