La Voz de Galicia
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Define la RAE :Contorsión del rostro para expresar una emoción, generalmente burlesca.
En realidad la mueca es un gesto ambiguo que talla el rostro en dos mitades emocionalmente contrarias. La cara se disocia en un sí que es un no, en un quiero y no quiero que genera el suficiente sufrimiento como para que se nos tuerza el gesto.
Para el psicoanálisis la mueca aparece cuando el individuo tiene que renunciar algo que no puede dejar de desear; cuando deseo y renuncia conviven al mismo tiempo. Media risa medio llanto, triunfo y fracaso, frustración y satisfacción se condensan en la mueca.
La bulimia de imágenes que consumimos ha hecho que el muestrario de muecas haya proliferado hasta el infinito como sucede en el Libro de Arena de Borges, porque el repertorio de contradicciones de esta sociedad líquida es también un texto infinito.
Observen las muecas que pintan la cara de tanta gente estos días: ¿Qué se adivina en la mueca de Artur Mas durante la pitada de la copa del rey o en los festejos poselectorales?
¿Qué emociones contradictorias modelan los rostro de Rodrigo Rato, la Pantoja, los líderes políticos que lo fueron y los que actualmente son?
Muecas burlonas como la de tantos presos egregios como Granados, Diaz Ferrán, Bárcenas, Fábregas, Matas etc…fiel reflejo del éxito y la ruina conviviendo en la misma contradicción de lo público y lo privado, lo propio y lo ajeno, que esculpen ese gesto del “quiero ser lo que no soy”.
Observen la cara de Iceta despendolándose y la de Soraya en la coreografía con Pablo Motos. Fíjense en la cara de Iceta que irradia la felicidad de un lirón en un cesto jugando con un merengue, y la de Soraya en un desparpajo contenido. Iceta es una emoción, Soraya es una mueca.
La mueca es el gesto de nuestro tiempo, una armonía de triunfo y de asco. Todos formamos parte del colage de la historia. Si sacan la libretilla de hule negro -nada de ipads- y hacen el ejercicio de anotar una lista de contradicciones en las que viven, verán como acaban esbozando una mueca.
La mueca según Corominas es una palabra antigua de principios del siglo XVI que viene del francés moquer, burlarse. Y es verdad que la mayoría de las muecas de tantos mandatarios que nos salpican por todos los lados tienen algo de burlón, de humillante.
Hay quien encuentra hermosas las muecas, son aquellos a quienes les va el «me duele pero me gusta». Hay a quienes nos desagradan y preferimos llorar, reir, sufrir, asombrarnos, renunciar, amar, odiar, morir de asco o repelús, sin otra contradicción en el rostro.
La cara es el espejo del alma