La Voz de Galicia
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Siempre me hicieron mucha gracia las anécdotas que suscitan las respuestas en los exámenes tipo: Barroco: “conjunto de casas de barro” o Polígono: “hombre con muchas mujeres (pentágono 5, exágono 6 y así sucesivamente…”
Me hacen gracia porque admiro lo difícil que resulta responder con ocurrencias tan geniales. En ese tipo de respuestas se expresan el engaño, el disimulo, la audacia y la osadía, pero no dejan de ser valientes e inteligentes.
La vida es mucho de tener que dar respuestas a imprevistos o ignorancias repentinas –vivimos sobre una cuerda floja, no en un alambre-. Depende de muchas variables el que respondamos más o menos acertadamente a una situación imprevista, pero es precisamente en esos momentos dónde se pone más a prueba la inteligencia y el temperamento del sujeto ; cuando hay que responder o tomar una decisión de forma inmediata y sin tiempo para pensártelo, la vida es una partida de Mario Bross con sus bombas y obstáculos inesperados.
Pasé un buen rato leyendo anécdotas de este tipo que también se dan en mi profesión -médico psiquiatra-, y que quedan registradas en el programa asistencial que manejamos los médicos de la sanidad pública, y que nos obliga a sintetizar al máximo la información dentro de un tiempo record.
Brevedad y rapidez son enemigas de la reflexión y la prudencia, así que te encuentras con joyas del tipo: “El marido refiere que la paciente se puso “hemisférica” de tanto ruido”.
Cuando se tiene que describir al detalle y teclearlo todo con dos dedos a una velocidad de lista de espera cojonera , es normal que pasen cosas tan extrañas como que: “El paciente vive con su madre, su padre y una tortuga como mascota que acude a clases de formación profesional tres veces por semana” o “La señora afirma que cuando eyacula, un gnomo le dicta al oído una oración en francés”.
Inquietantes: “Que no quiere volver a casa porque está llena de moros y mujeres muy bien arregladas, que deben de ir a algún sitio por lo bien vestidas que van (sic).” “No recuerda nada salvo haber sido abducida a pie de lavadora” o “Paciente remitida a salud mental por fuertes dolores de barriga que dice que ya está mejor porque le importa menos”.
Gazapos de la rutina protocolizada del oficio que nos exige la hipermodernidad, sombras de nuestras limitaciones bajo el foco del rigor informático. Medicina minimalista -Psiquiatría “twitter” como la define un gran maestro orensano-.
Avanzamos hacia algo parecido a lo que otro sufrido compañer@, escribía acerca de una paciente a quién preguntó cuales eran sus sentimientos y… : “sólo alcanzó a decir que era de Cuenca y “con eso está todo dicho”.
Amén.