Horacio llegó cargado de libros. Y llevaba esa camiseta con las letras de una universidad. Afuera olía ya a otoño, a hojas muertas.
-¿De qué humor está hoy Álvaro? -preguntó Horacio.
-Del de siempre -contestó Manuel-. Las personas no cambian, Horacio. Pueden intentarlo, pero en el fondo son exactamente como eran. El resto es barniz.