Entonces llegaron los sueños. Como meandros. No los dulces sueños que te deseaba tu madre cuando niño. Unos sueños de adulto. Raros. Muy raros. Multas por aparcar en doble fila. Una serpiente que te mira. Un accidente de tráfico en el que te estrellas y te mueres en esa carretera que se regatea a sí misma en Arrakeen. Tu y tu padre en una sala vacía. El dentista que te busca vocales en la boca. España que gana el mundial de Brasil, con Mourinho de seleccionador. Sueños o pesadillas.