Vuelvo a Ford. O sigo con Ford y su trilogía sobre el hombre de clase media americano. Esa prosa morosa, por lenta. Esa manera de convertir cada párrafo en un fresco para desnudar la existencia de cualquiera. La vida pasa o sucede y las relaciones se suceden o pasan. Y Richar Ford nos lo cuenta con elegancia. Como una crónica de la punta del iceberg de los corazones helados. Y nos enseña también algo que olvidamos con frecuencia hasta que el terremoto nos sacude: que una vida se apaga como la luz de una vela. Solo hace falta un fatal soplido del azar. Que salga tu número en la lotería incierta.
el periodista deportivo, sí, una fantástica novela. pero sólo me leí esa. me haré con toda la trilogía. por cierto, gracias por enlazarme, pero ya no soy desesperada, jajajajajajajajaja, he renacido, como dicen los cursis, jajajajaja. Bicos, rey.