La Voz de Galicia

Pensaba dedicarle hoy, como despedida, un artículo amable a José Luis Rodríguez Zapatero. Soy consciente de que en este espacio solo le he criticado. Le recibí mal, allá en abril del 2004, con un artículo irónico y malpensado (desgraciadamente, se cumplió: dejo el enlace en el blog por si alguien siente curiosidad). Después, escribí poco de él o sobre él, pero siempre en clave negativa. Querría despedirle amablemente, digo, pero las noticias me recordaron otro artículo, este del 2008: “La crisis, que será honda y mucho más en nuestro país, puede leerse también como una oportunidad: la de recuperar el coraje, la de hacernos más fuertes. Una cura de adelgazamiento sin balneario, que empiece por la solidaridad con los que van cayendo a nuestra vera: en el paro, en el hambre, en la miseria o en la desesperación. Sin mirar para otra parte. O tendremos una crisis mucho peor, más larga y dolorosa, con una inseguridad que saltará de los pechos angustiados a las calles”.
Recuerdo muy bien que bastantes me afearon ese párrafo. Pero hoy, basta leer las primeras de los periódicos para comprobar que ahí, precisamente, hemos llegado: al hambre,  que  en Navidad parece agrandarse. Esta semana he hablado con responsables de varias instituciones que bracean por paliar la nueva miseria: algunas más conocidas, otras más locales, como la Fundación Amigos de Galicia o el Instituto Benéfico Social Padre Rubinos. Todos coinciden en el llamamiento urgente: no tienen fondos ni medios para atender a tantos.
Quisiera hacerme eco de esos clamores de ayuda y agradecer el esfuerzo y la dedicación de quienes nos están salvando la cara, el rostro humano.