La Voz de Galicia

Qué semana: un Madrid-Barça que continúa en una pelea interminable, tan nuestra, con denuncias ante la UEFA que ya hacen favorito al Manchester; Miguel Bosé se ha unido al grupo de ricos y famosos que ha comprado un par de niños –o los ha alquilado– a una madre americana para deleite del público; la boda real de Kate y William –imaginen, boda y real– seguida en directo por medio país, quizá, porque lo tiene más fácil con el paro en la frontera misma de los cinco millones según la EPA de ayer y, sin embargo, no acudirá a ninguna manifestación del primero de mayo, acaso porque está muy ocupado preparando el día de la madre, que coincide, y parece que las madres –como ha escrito José María Romera– ayudan más en esto del paro que los sindicatos que, además, apenas convocan.
La misma semana Obama tuvo que publicar su certificado de nacimiento, pero me llega noticia de que, según estudios fiables, es contraproducente demostrar la verdad, porque los anti incluso se reafirman.
Releí el comentario de Ratzinger al proceso de Jesús ante Pilato, que termina así: “La paz fue para él (Pilato) más importante que la justicia. Debía dejar de lado no solo la grande e inaccesible verdad, sino también la del caso concreto: creía cumplir de ese modo con el verdadero significado del derecho, su función pacificadora. Así calmó tal vez su conciencia. Por el momento, todo parecía ir bien. Jerusalén permanecía tranquila. Pero que, en último término, la paz no se puede establecer contra la verdad es algo que se manifestaría más tarde” (Jesús de Nazaret 2, p. 235).