La Voz de Galicia

Algunos apremios profesionales, la semana pasada, y otros familiares, esta, me han impedido aparecer por aquí.

A cambio, he aprendido mucho de las doce o quince horas pasadas en el servicio de urgencias a lo largo de estos días.

 También he vuelto al cementerio de mi pueblo y he llevado por primera vez un ataúd (esto no tiene nada que ver con lo del hospital, sólo coincidió en el tiempo).

En cuanto responda al correo y me ponga al día, quizá lo visto y escuchado estos días precipite en alguna entrada nueva.

Si no, debo escribir cuanto antes sobre el nuevo libro de Ander Izagirre, Cuidadores de mundos, que me llegó pegado a estos días revueltos. Mientras, conviene ver el enlace y hacerse con un ejemplar.

A los que habéis apoyado la campaña contra la pornografía infantil debo deciros que, aunque terminaba el 20, da la impresión de que se expande ella sola. Siguen llegando adhesiones y supongo que el número de blogs adheridos anda ya muy por encima de los 2000.  Sobre este punto, es preferible consultar de vez en cuando La huella digital, recientemente premiado de nuevo, por cierto, como mejor blog del 2008.

En los comentarios a la columna del sábado pasado, se ha montado una buena trifulca que perdura. Siento mucho no haber participado. Que ninguno de los comentaristas piense que no aparecí por despego o por otras razones. Simplemente, no estaba.