La Voz de Galicia

Gracias a Marija Stjepandic, he podido añadir hace unos días una página en la que se recogen las columnas que he publicado en La Voz. No se trata de una selección: están incluso las que detesto, porque me recuerdan que lo escrito permanece. Como permanecen las erratas, propias o ajenas, que aparecieron en su día. Una de ellas resulta particularmente vergonzosa: son tres «porques» que aparecieron como «por qué». También pueden verse diez o doce variantes de mi correo electrónico, así que mejor no fiarse más que del que consta en la página principal.