La Voz de Galicia
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Increíble sentencia. En abril, un conductor escapa de un control policial de madrugada en una calle de Murcia. La Policía Local lo persigue. Pero el conductor huye a gran velocidad saltándose los semáforos en rojo. Finalmente, una patrulla logra interceptarlo y le realiza la prueba de alcoholemia. Da positivo: 0,43 en la prueba de aire (el límite es 0,25). Además, los agentes destacan en el atestado que el conductor desprende olor a alcohol y tiene habla pastosa. Un juez lo condena a 1.080 euros de multa y le quita el carné durante un año. Pero el conductor recurre, y ahora la Audiencia Provincial de Murcia lo absuelve porque, en su huida, condujo «con gran habilidad» y sin perder el control del coche ni un segundo. Finalmente, solo ha sido sancionado administrativamente, con 500 euros y la pérdida de cuatro puntos del carné.

¿Cómo se le dice ahora a los más jóvenes que beber alcohol es incompatible con ponerse al volante? ¿Ha pensado el juez en el peligro que supuso para los usuarios de las calles la huida de ese conductor a toida velocidad? ¿Significa esto que es preferible escapar de un control policial que tener valor y asumir la multa por haber bebido? De verdad, no sé lo que pensaréis, pero yo desde luego que no entiendo esta sentencia incomprensible. Os deseo suerte para que no os encontréis una madrugada en vuestro camino a un conductor como ese.