Una muerte más
Manuel salió de su casa el martes por la noche. Viajaba solo en su coche. Las luces apenas iluminaban la carretera por culpa de una niebla muy espesa. Le habían enseñado a conducir con niebla de noche: mirar a la derecha, a la línea del arcén. Hacer eso le daba seguridad, sobre todo en autovía, por la seguridad de que no se iba a encontrar coches de frente. En eso pensaba hasta que vio unas luces que se le echaban encima. Era un coche en sentido contrario. No hubo tiempo para nada. La colisión fue brutal. Manuel vio pasar su vida en un segundo. Se le iba demasiado rápido. Con tanto por hacer. Él no lo sabrá nunca, pero lo mató un conductor que entró en la autovía por el acceso equivocado. Sus heridas no fueron graves. Le hicieron las pruebas allí mismo, frente al desastre de hierros y sangre, … Seguir leyendo