La Dirección General de Tráfico tiene en Galicia 26 radares fijos que se distribuyen en 52 puntos de control, ubicados en pórticos y cabinas laterales. Pero esa cifra se incrementará en los próximos días con la entrada en servicio de nuevos radares dentro de un plan a medio plazo que contempla la instalación de nuevos dispositivos y la redistribución de los ya existentes en la red viaria gallega. Se trata, como explican fuentes de la DGT, de adaptar los puntos de control a las necesidades actuales de las carreteras y a los nuevos tramos de riesgo que se van detectando. Esas modificaciones se analizan en las reuniones periódicas en las que participan los jefes de Tráfico de las cuatro provincias, los responsables del Centro de Gestión de Tráfico del Noroeste y los mandos de la Guardia Civil de Tráfico de Galicia.
En el plan de redistribución de radares fijos de Galicia se incluye la instalación de nuevos dispositivos en la AC-12, en los accesos a la ciudad de A Coruña; en la autovía A-8, que comunica Galicia con Asturias; en la A-55, en la provincia de Pontevedra; en la A-52, a su paso por la provincia de Ourense, y en la carretera N-VI, en las proximidades de Lugo.
En Ourense también se activará en breve un sistema de vigilancia para infractores extranjeros, a quienes ahora resulta casi imposible identificar para cobrar la multa por velocidad. Con el nuevo sistema, cuando el radar detecte una infracción, el dispositivo fotografiará la matrícula del coche y la enviará a la patrulla de la Guardia Civil de Tráfico más cercana para que detenga el vehículo. Los agentes le notificarán al conductor la infracción cometida y el importe de la multa, que deberán satisfacer en el mismo momento.
La primera fase del plan se inicia en unos días y pondrá en marcha dos radares en nuevos puntos de los accesos a la ciudad de A Coruña, ambos en la AC-12. Un radar será trasladado de lugar unas decenas de metros para vigilar un tramo curvo a la salida del puente de A Pasaxe en sentido Madrid, en el que se ha detectado un incremento de la siniestralidad por exceso de velocidad. Por el mismo motivo ha sido instalado un nuevo dispositivo de vigilancia en la avenida de Alfonso Molina, en sentido entrada a A Coruña. Está ubicado en una cabina gris en la mediana de la carretera, justo en la base del pórtico que alberga el radar del sentido salida de la ciudad, en el lugar de Palavea.
Salidas de vía y vuelcos
En ese tramo, de subida, los responsables de Tráfico localizaron un repunte de la accidentalidad, con salidas de vía y vuelcos, en casi todos los casos debidos a excesos de velocidad. Este nuevo dispositivo es uno de los más avanzados que existen. Su tecnología permite captar la velocidad de un vehículo aunque lo haga en paralelo con otro. Está previsto que los dos radares comiencen a funcionar en los próximos días. El de A Pasaxe ya fue sometido esta misma semana a las pruebas de calibración por los técnicos del Laboratorio Oficial de Metroloxía de Galicia, ubicado en Ourense.