La Voz de Galicia
Curiosidades y anécdotas de viajes.
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Brasil. Tres curiosas anécdotas de un viaje.

Hace cuatro o cinco años, me tocó acompañar un grupo a Brasil. Como sabéis trabajo en un Turoperador de grandes viajes y, de vez en cuando, me toca acompañar un grupo. Pues bien os voy a contar tres anécdotas de este viaje que, al menos, me parecen curiosas.

Va la primera. Excursión a las Islas Tropicales, cerca de Rio de janeiro. La excursión es de día completo y hacemos la comida y la parte central del día en una de las islas. Damos tiempo libre después de la comida hasta las cuatro y media de la tarde.

Llega la hora de marchar y el barco hace sonar su campana y la bocina. El grupo se reúne junto al barco y abordamos. Tras el recuento correspondiente, me doy cuenta de que nos falta una persona. El grupo es de ciento cincuenta personas y no los conozco a todos ni mucho menos.

Pregunto si alguien sabe quien falta y, una chica se me acerca y, me dice que es su novio. Que ha salido después de comer a andar por la selva y que no aparece. Esperamos cerca de veinte minutos haciendo sonar todos los instrumentos del barco y, nada.

Tomo la determinación de hacer marchar al grupo para no retrasar el viaje y le digo a la chica que, se quede conmigo a esperar a su novio. Que luego, cuando aparezca, nos iremos en otro barco y en un taxi para alcanzar los autobuses.

Va la respuesta de esta amante novia: Ah, no, no, yo me voy con el grupo. Espérelo usted si quiere…

A los cinco minutos de zarpar el barco, con la novia a bordo, aparece el cliente pidiendo mil disculpas, se había perdido. Silbamos al barco que vuelve a por nosotros, pero no me puedo contener y le digo que le he ofrecido a su novia la posibilidad de quedarse a esperarlo y, se ha negado.

La segunda. Excursión también en Rio de Janeiro para ver el Corcovado y el Pan de Azúcar. A la bajada, una señora se nos cae bajando unas escaleras y parece que se ha roto una pierna. Llamamos una ambulancia y la mandamos para el hospital a que la asistan.

El grupo continúa el día, nos toca “El Plataforma”, espectáculo de Samba, Carnaval y Mulatas. Muy interesante. A la salida estoy con el otro jefe del grupo decidiendo cual de los dos va al hospital y cual continúa con el grupo hacia el hotel.

En ese momento se nos acerca un señor y nos dice: ¿Qué saben de mi mujer?

Nos miramos y, no damos crédito. Este amante esposo ha dejado a su mujer con una pierna rota en una ambulancia y se ha ido a ver a las mulatas al Plataforma…

La tercera. Selva amazónica, visitando una tribu con tapa rabos. Se me acerca un joven y me dice: Fran, ¿dónde puedo hacer pis? Como era jovencito le digo con mucha coña: Mira, te vas detrás de ese matorral y, teniendo cuidado de que no te pille la churra una serpiente, lo haces. Ah, y no te olvides de tirar de la cisterna al acabar. Creo que ni lo intentó, esperó a que acabáramos la visita y, lo hizo en el barco del que acabábamos de bajarnos…