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Cartagena de Indias, Colombia. “Francisco, con dos te veo”

En el centro histórico de Cartagena de Indias, Patrimonio de la humanidad desde el 1985, se encuentra el “Museo de la inquisición”. Tiene dos plantas, la primera está dedicada a la inquisición y, la segunda al arte.

Hoy os voy a hablar de la primera. Hay todos o casi todos los instrumentos con los que los inquisidores de la época mantenían a raya a los herejes.

Esta primera foto, aunque no se aprecia muy bien era un instrumento parecido a una llave de tuercas, pero acabado en dos afilados pinchos a cada lado. Te obligaba a permanecer con la cabeza levantada para no ensartarte tu mismo y convertirte en un pincho moruno.

Está también el  famoso “garrote”, artefacto que te clavaba un hierro por la parte de atrás del cuello y te rompía la columna vertebral, la tráquea y todo lo que se le pusiera por delante.

También, en un patio exterior en donde tenían a los presos, están la horca y la famosa guillotina.

Si bien en una leyenda de este mismo museo dice que, no todos estos elementos fueron empleados en Cartagena, quedan para el recuerdo de las barbaridades que en nombre de Dios cometían los inquisidores.

En otro texto de este mismo museo dice que, los historiadores neutrales, han demostrado que, los inquisidores no eran sádicos sanguinarios, sino que solo cumplían con las órdenes que tenían y que no lo hacían por propio gusto. Pero lo hacían.

En un momento de la visita, mi mujer me llama y me dice, ven y mira esto: Son dos oraciones de brujería, una para aquietar al marido (debe ser para tranquilizarlo y que no la maltrate) y, otra para vigilarlo. Lo curioso es que en la primera pone “fulano de tal” para que la mujer ponga el nombre del marido, pero en la segunda, casualmente, pone Francisco y se titula “Francisco, con dos te veo”

Dice así:

Francisco, con dos te veo

Francisco, con dos te veo,

Con cinco te hato,

La sangre te bebo,

El corazón te parto,

que me quieras,

que me ames,

q;ue por mí te mueras

que cuántas mujeres vieres,

te parezcan feas y viejas.

La de aquietar al marido dice:

Oración para aquietar al marido

Virgen y Madre de Dios de antelleta

Con tu voluntad secreta

Todos los cielos se movieron

Por tu limpia concepción:

Mueva el corazón de mi marido

(Fulano de tal)

A que no me haga mal


Curioso ¿verdad?