La Voz de Galicia
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30 de octubre de 2019. Intipunku. Machu Picchu. Perú.

Por Fran Raposo

Tal día como hoy, hace un año…

Después del desayuno, ya por nuestra cuenta nos dirigimos de nuevo a los buses de subida al Machu Picchu. Hemos reservado para nuestro segundo día una nueva entrada para hacer la subida al Intipunku.

Se aprecia un poco el camino de subida del bus.

Se sale desde la parte más alta de la ciudadela.

Es la “Puerta del sol”, el sitio por donde antiguamente se llegaba y desde donde se tenía una primera vista de la ciudadela. También porque, algunos días del año visto desde la ciudad el sol salía por este lugar. En la época de los incas funcionaba como una especie de aduana para todo aquel que llegaba. Hoy en día por este lugar es por donde llega el famoso “Camino del inca”  una subida a pie desde Aguas Calientes de varios días con fin en Machu Picchu.

Es muy habitual encontrarte llamas en el camino. Como veis muy dóciles.

Íbamos todos un poco preocupados pues, aunque hay mucha información en internet, uno nunca sabe cómo le va a responder el cuerpo y estamos saliendo ya desde los 2.430 msnm y ascenderemos hasta los 2.745 (En la parte más alta, ya se que el propio cartel pone 2.720 msnm, pero desde ahí aún queda una escalinata hasta la parte más alta). Son solo doscientos noventa metros más, pero salimos ya desde muy alto.

Para el que tenga un segundo día en el lugar, altamente recomendable. Lo hicimos en unas cuatro horas ida y vuelta, con todas las paradas y el tiempo en la cima. Tiene unas vistas espectaculares sobre el Machu Picchu. La ascensión no tiene ninguna parte complicada, simplemente la subida por un camino hecho de piedras como todo en esta zona. Se recomienda unas botas que te protejan un poco los tobillos.

Por si alguno quiere echar un vistazo a la entrada que ya he publicado sobre esta subida:

https://blogs.lavozdegalicia.es/mundoexotico/2020/02/27/inti-punku-la-puerta-del-sol-machu-picchu-peru/

Pisco Sour.

Ya al mediodía almorzamos en un restaurante con vistas al río, como siempre Cusqueña en la comida y Pisco Sour de postre. Este creo que fue el que más cargado nos sirvieron, por eso la siesta el que pudo en el tren de vuelta a Ollantaytambo.

Digo el que pudo porque uno de mis compañeros que iba en otro vagón me contó que alguna se había tomado tres o cuatro Pisco Sour…

¡¡Continuará!!

¡Qué tiempos aquellos en los que se podía viajar!

Por Fran Atoq

© Fotografías propiedad de Fran Raposo o cedidas. Prohibida su reproducción.