La Voz de Galicia
Curiosidades y anécdotas de viajes.
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El alojamiento típico japonés, El Ryokan. Japón.
Por Fran Raposo
Delegado comercial de
Europamundo vacaciones

Hoy día quince de mayo, tendría que estar en un vuelo de Iberia con destino a Tokio, con veinticinco clientes. Lástima de este dichoso Covid 19.
Algo que me recuerda mucho a Japón es el Ryokan y le voy a dedicar esta entrada.
El Ryokan es el tipo de alojamiento japonés por excelencia. Los hay de muchas categorías, desde el que no tiene baño en las habitaciones, como he visto en alguno de esos programas de Viajando con no sé quién, hasta los que son como hoteles de tres, cuatro y cinco estrellas.
Este era el caso de los que yo tuve la oportunidad de experimentar en los viajes con Europamundo. En concreto, el de las fotos, el Fuji Wiew, en Kawaguchi a los pies del Monte Fuji y en las orillas del Kawaguchiko, uno de los cinco lagos que hay alrededor del Fuji. Es como un hotel cualquiera hasta que llegas a tu habitación.

A la entrada ya tienes un sitio para dejar los zapatos y ponerte las chancletas con tus calcetines especiales.

El suelo es de Tatami. Luego, en uno de los armarios hay “Yukatas” una especie de pijamas que deberás usar en tu habitación y cuando vayas al “Onsen”, que luego explicaré lo que es. Tendrás un folio con las instrucciones de como ponerte el Yukata.


La habitación tiene, a ojo de buen cubero, unos quince metros cuadrados. Una mesa grande en el centro y como veis en la foto una parte de galería con sillones y una mesa. Esta galería da a la calle y con un día despejado, puedes ver el Fuji. Un espectáculo.


El baño, como en todos los hoteles de Japón, es pequeñito. Me han explicado que, al ser un área sísmica importante, el baño es el habitáculo mejor preparado y reforzado de tu habitación en caso de sufrir un terremoto, por eso son más pequeños de lo que nosotros estamos acostumbrados.
Hablando del baño, en cuanto llegues a Japón en tu primer hotel, llegarán las sorpresas. La bañera es pequeñita, dicen que los japoneses son unos enamorados de los baños y por lo visto lo hacen todos los días. Lo más habitual es que se pasen horas en la bañera. Por eso son pequeñas, como lo normal es que se queden dormidos, al no poder estirarte del todo no podrán ahogarse. En sus casas tienen un sistema para que el agua no se enfríe y para evitar el gran consumo de agua no usan jabón y es frecuente que sean varios los de la familia los que la utilicen aprovechando el agua.


La tapa de la taza baja sola y despacito. La parte donde te sientas está calefactada y después de aliviarte, tendrás el primer dilema. ¿A qué botón le doy?
Cada baño tiene su sistema diferente y no es fácil acertar, jajaja. Me comentaba nuestro guía que, una vez que lo pruebas, ya no hay marcha atrás. Hay sistemas súper modernos de última generación que hasta te dan la bienvenida cuando llegas al baño.
Ya por último, en el espejo, hay una parte también calefactada para que no se empañe.


Como veis en las fotos este Ryokan tiene todas las comodidades. Pantalla plana, equipo de música, caja de seguridad y un teléfono móvil para el uso del cliente.


Mientras bajas al Onsen y a cenar serán las nakai-san las que retirarán un poco la mesa y te instalarán el “Futon” que es un tipo de colchoneta. Encima de esta, una especie de funda nórdica como la que veis en la foto. No es excesivamente incómodo y una vez en la vida, hay que probar. La mayoría de los Ryokanes ofrecen también algunas habitaciones de estilo occidental, con cama.


Puesto ya el Yukata, otra de las experiencias de un Ryokan es el Onsen.
El Onsen es el baño público típico japonés, lo más parecido aquí serían nuestras Termas ourensanas pero con unas diferencias que os cuento.


Los baños están separados por sexos, mujeres por un lado y hombres por otro.
Entras en el Onsen y llegarás a la zona de vestuarios. Te sacas el Yukata y te quedas totalmente desnudo. Has de dirigirte a una zona en la que tendrás que lavarte a conciencia. Normalmente verás una fila de banquetas cada una con su ducha de mano, con el jabón y con un cubo para terminar de aclararte.
Una vez terminado este proceso ya te diriges a la zona del baño termal. Suele haber una en el exterior y otra en el interior. Solo podrás entrar con una pequeña toallita que te dan. Pero no es para taparte sino para ponerla mojada en la cabeza y unos minutos después darle la vuelta y sentir un poco de alivio al estar un poco más fría y así puedes aguantar un poco más.
Comentaros que, no se puede entrar con tatuajes, los japoneses los asocian a los presos y a la Yakuza, la mafia japonesa. Si tu tatuaje es de pequeñas dimensiones podrás taparlo y acceder igualmente. Pero si tu cuerpo está lleno de tatuajes, no podrás entrar.


Una vez bañado y bien relajadito, lo normal es que te dirijas con tu Yucata a cenar, esto ya depende de cada Ryokan. Suelen ponerte una gran variedad de mini platos diferentes. El guía que te toque en tu viaje te explicará como proceder en las comidas. Lo normal es que tengas un cuenco con un caldo que se pone al fuego y al que has de añadirle todas las verduras. Luego introducirás en este caldo la carne para cocerla. Siempre habrá arroz, tempuras variadas, algún tipo de fideo, pescado, tofu, soja y además de los típicos palillos para comer, tendrás tenedor y cuchillo por si no te apañas con ellos, no te preocupes.
Realmente esta es una experiencia que no debes dejar de hacer. Creo que la incomodidad de la cama no es tanta como para no dormir una noche en tu vida en este tipo de alojamiento. Lo más difícil, o lo que a mí más me costó, fue levantarme de la cama al estar a ras de suelo. Pero eso es todo. Ya por último, comentaros un detalle que me llamó la atención en la recepción del hotel cuando nos íbamos. Había tres pares de gafas de una, dos y tres dioptrías, por si te habías olvidado las tuyas o las llevabas en la maleta, para no tener problemas al revisar tu factura. Hasta ese nivel de detalle llegan los japoneses.
Impresionante experiencia muy recomendable.

Por Fran Kitsune
Delegado comercial de
Europamundo Vacaciones.

© Fotografías propiedad de Fran Raposo. Prohibida su reproducción.