La Voz de Galicia
Políticamente, solo se puede ganar o morir
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Conde Roa en septiembreLa situación era insostenible. Hace más de diez días que la sociedad gallega reclamaba su adiós. El alcalde de Santiago no ha podido aguantar a la gravedad incontestable de su proceso judicial por defraudar a Hacienda: Gerardo Conde Roa abandonará mañana la alcaldía de la capital de Galicia.
Este padronés de larga trayectoria política y poco amigo de las medias tintas habrá durado menos de un año con el bastón de mando.

Su mandato ha sido breve, polémico, plagado de episodios mediáticos que han hecho inmensamente popular (casi siempre para mal) al futuro exrregidor, desencadenante en 1993 del famoso zapatazo parlamentario de Beiras.

Muchos dijeron en su día que no duraría mucho: desconfiaban dentro y fuera de su partido (el PP, que ahora debe afrontar el oprobio de tener que relevar a su regidor, pero que ha soltado lastre) de su modo desaforado de hacer política y de su complicada situación personal. Estaba en la ruina.

Ahí va una pequeña recopilación de hitos:

1. Primero fue el tiempo de espera antes de acceder a la alcaldía (hubo impugnaciones y recursos dado lo ajustado del reparto de votos para elegir al concejal que decidía quién gobernaría en Santiago)

2. Después varios exabruptos contra los indignados del 15-M.  «La Plaza del Obradoiro no está para ser un campamento okupa, llegó a decir incluso antes de llegar a la alcaldía.

3.  También levantó polvareda el nombramiento como jefe de gabinete de Ángel Espadas, exconcejal que tuvo que abandonar tras ser encontrado de noche parado durmiendo al volante en un semáforo y dar positivo por alcoholemia cuando era la mano derecha de Conde Roa en la oposición y mantenían un duro discurso antibotellón.

4. Intentó llevar una eliminatoria de la Copa Davis al inconcluso y aún más controvertido monte Gaiás. E intentó enamorar a los técnicos evaluadores subiéndolos a un helicóptero antiincendios para sobrevolar la Ciudad de la Cultura.

5. Insultó gravemente a un iluminador una noche en la ópera en Santiago por un guiño con el 15-M: le llamó «mamón» y casi llega a las manos con él. Asímismo intentó zanjar con un rotundo «No podemos pagar más actos culturetas» la controversia desatada por el recorte de fondos para centros socioculturales.

6. Protagonizó un curioso y algo excesivo baile navideño que ha provocado un sinfín de parodias en Youtube. Aquí podéis ver el original:

7. Reclamó públicamente en varios foros que se cambiara el trazado del AVE para llevarlo a Lavacolla. La idea, aunque extemporánea en estos tiempos, tenía todo el sentido del mundo, pero Conde Roa se lo quitó al comparar su ejecución con la llegada del hombre a la Luna. Y se vio a si mismo en el papel de Kennedy.

8. Cobró fama y se convirtió en trending topic varias veces en twitter por intentar bloquear una actuación Leo Bassi en Santiago y explicarlo diciendo que el payaso le causaba «especial repugnancia». Esa condición de tema del momento la ha mantenido durante varios días desde que se conoció la denuncia de Hacienda contra él. El día en el que declaraba ante el juez, Leo Bassi desfilaba por la praza do Obradoiro más o menos vestido de gaiteiro, una indumentaria parecida a la que Conde Roa portó en las únicas fiestas del apóstol que presidió en Compostela.

Grandes oportunidades de quedarse callado

Estos y otros incidentes jalonan la trayectoria como alcalde  de Gerardo Conde Roa. Según confesó en su día en una entrevista, siempre ha perdido «grandes oportunidades de quedarse callado». También dejó claro entonces que no le gustaban los «políticos clónicos». Evidentemente, él no lo ha sido, pero  tendrá que salir por la puerta junto a la que posaba tan orgulloso. Y no podrá hacerlo con la cabeza bien alta: tiene que saldar cuentas con la justicia.