La Voz de Galicia
Políticamente, solo se puede ganar o morir
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Ya pasó el 25-M. Ya votaron Andalucía y Asturias. El PP ha ganado en la comunidad más poblada de España, pero ha sido una dulce derrota. Javier Arenas, en su cuarto asalto a la presidencia de la Junta andaluza, se ha quedado corto. Cincuenta diputados no le permitirán gobernar. Le supera, con mucho, la suma de los 47 diputados del PSOE y los 12 de Izquierda Unida (en clara tendencia al alza). Si se ponen de acuerdo (que se pondrán), la marea popular no alcanzará el sur de Despeñaperros. El mapa político autonómico no pintará una de sus casillas más grandes de azul.

Fallaron las encuestas. Casi todas pronosticaban una holgada victoria popular al borde o más allá de la mayoría absoluta.Y no ha sido así. El PSOE (que lleva 30 años gobernando allí, acusa numerosos escándalos y, en general, está en un mal momento) ha perdido bastantes votos, pero esto no es noticia. Si lo es que los haya perdido el PP. Por cientos de miles. Doscientos mil papeletas se han evaporado desde las autonómicas del 2008. Y casi medio millón desde el gran triunfo de Rajoy el 20-N (aunque esta es una comparación menos fiable, son diferentes tipos de elecciones) .

¿Hay un voto de castigo contra la política de austeridad y las reformas que el PP ejecuta desde Moncloa? Así lo cree el Wall Street Journal, que empleó el siguiente titular Austerity Frames Spanish Regional Vote. Así parecen indicarlo las altas cifras de abstención, que son generales, pero que también afectan especialmente a las plazas fuertes del PP. No es habitual en un escenario en el que un  partido que aspira a protagonizar un gran cambio.

¿Puede ser una muestra de desgaste prematuro? Si es así, habrá que estar atentos a los dos grandes eventos que acechan en el calendario político: la huelga general y la revelación de los presupuestos generales del Estado para este año (encapuchados hasta Semana Santa). Y también a la próxima gran cita electoral que se vivirá en España: las elecciones autonómicas gallegas.

Alberto Núñez Feijoo ha repetido varias ocasiones que no adelantará los comicios. Si cumple, serían en marzo del 2013. Pero, ¿se atreverá a aguantar tanto y someterse al veredicto de las urnas con el legado de recortes que debe hacer el Gobierno del PP? ¿Habrá adelanto para evitar competir cargando con la gran losa de la reducción del déficit público y la política de austeridad? ¿Y si Andalucía ha marcado el camino?