La Voz de Galicia
Políticamente, solo se puede ganar o morir
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Tal vez haya que enviarle a Alberto Núñez Feijoo un ejemplar de Viaje al fondo de la tierra, como dice César Casal. El presidente de la Xunta no sabía que en Islandia había volcanes. No leyó el clásico de Verne. O no lo recuerda. Esto puede darnos igual. Es una anécdota (¿o no?), y tiene muy poca importancia en relación con la siguiente noticia: los lectores  extranjeros repartidos por las escuelas de idiomas de Galicia se marchan. Y la razón de este éxodo es demoledora: no les pagan su sueldo de forma puntual.

El de los retrasos en los pagos es un problema recurrente en los últimos tiempos para un Gobierno que acaba de cumplir un año de mandato plagado de revisionismo, declaraciones bienintencionadas, errores de gestión y dificultades económicas (el impacto de la crisis es atroz, supone una losa muy difícil de levantar). Necesita una remodelación urgente,

El de la fuga de lectores es un problema mayúsculo para un Gobierno que prometió que Galicia avanzaría rauda y de forma inexorable por el camino del trilingüismo. Que hay poco dinero en las arcas de la Xunta es un hecho indiscutible, pero debería haber ciertas prioridades. Pesimista u optimista según los casos, ¿este Gobierno autonómico las tiene claras?