El Xacobeo va a ser un tema recurrente en la política gallega los próximos dos años. Por las pasadas experiencias, por su propio peso en la vida del país y por haber sido señalado como el sostén de la economía galaíca en el 2010. Cualquier información o decisión que tenga que ver con su organización gozará de una especial repercusión. Será mirado con lupa.  Para bien y sobre todo para mal.

El avance de la programación realizado ayer por la Xunta ha dejado una sensación de provisionalidad e improvisación. Por la ausencia de un cartel atractivo -salvo en lo referente a la música clásica- que pueda servir de reclamo para los 8/9 millones de turistas que espera el Ejecutivo de Alberto Ñúñez Feijoo. Ese es el gran tema. Tal y como han sido diseñados los presupuestos de la comunidad para el próximo ejercicio, necesitamos que el Xacobeo suponga una fuerte inyección de millones.

¿Habrá que hacer comparaciones con el 2004? El último Xacobeo también lo organizó el PP. Pero eran otros tiempos. Estaba Fraga al mando. Y el inclasificable Pérez Varela era el conselleiro de Cultura. Entonces, en una alocución memorable, proclamó «un Xacobeo de Primera División» y la voluntad de traer a Galicia a cualquier artista que se pusiera «a tiro».  Escuchen y juzguen.