La Voz de Galicia
Políticamente, solo se puede ganar o morir
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Ayer el presidente del Gobierno acudió por segunda vez a Tengo una pregunta para usted. Salió vivo del desafio gracias a una retahila de mensajes empáticos («te comprendo, te escucho…») y al típico discurso vacuo escapista. Su comparecencia se produjo ante más de seis millones de ciudadanos  a los que no brindó casi ninguna respuesta directa y concreta.

Fue el programa de la crisis. Muchas preguntas versaron sobre ella. El presidente negó que hubiera engañado conscientemente a los ciudadanos y sí reconoció haberse equivocado con las previsiones. Es decir, optó por reconocer la incompetencia. La suya y la de su equipo económico. En cualquier país civilizado, eso se paga con dimisiones y ceses. Aquí, con palabras vacías, arengas y buen rollo.

Ojo, a Zapatero no le ha salido mal la jugada. Y tampoco tiene demasiados motivos para preocuparse. Su gran rival obtiene siempre peor valoración que él en las encuestas. Eso sí, Rajoy ha declinado asistir al programa hasta que pasen las elecciones vascas y gallegas. Que yo sepa no se presenta. ¿O sí?