La Voz de Galicia
Políticamente, solo se puede ganar o morir
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¿A la décima fue la vencida? La reunión entre Zapatero y Rajoy ha ofrecido los siguientes frutos: renovaciones del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional (ya cerradas por los portavoces parlamentarios) y un supuesto nuevo acuerdo en materia antiterrorista. Pero sobre todo ha ofrecido gestos que responden como anillo al dedo a la particular coyuntura que vive cada uno de los dos líderes.

1. Zapatero ha comparecido casi inmediatamente después del fin del encuentro y ha ofrecido un balance muy positivo; necesita mostrar a los ciudadanos que no está desbordado por la crisis, que tiene capacidad de maniobra e iniciativa y, sobre todo, que Rajoy le respalda.

2. Rajoy se lo ha pensado más. Ha mostrado una valoración moderada (con «acuerdos y desacuerdos») y ha puesto cara de político responsable y pactador, pero se ha apresurado a marcar distancias con la gestión de la crisis económica.

Dicho esto, está claro que la reunión supone un avance en la relación entre los dos principales líderes políticos del Estado, aunque no pasará a la historia. Zapatero y Rajoy se han saludado, se han estrechado la mano y después se han dado un piquito veraniego. Picante y efervescente, pero no tan profundo, memorable y trascendente como un beso con lengua.