La Voz de Galicia
Políticamente, solo se puede ganar o morir
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… la democracia, porque tanto Zapatero como Rajoy estuvieron bastante espesos y agarrotados en el intenso primer cara a cara electoral de máximo nivel celebrado en los últimos quince años.

Enrocados en sus posiciones, ambos candidatos intercambiaron reproches sobre su respectiva gestión del Gobierno y la oposición. Y también hicieron historia. Llegaron a tirarse los trastos echando mano de acontecimientos que tuvieron lugar 30 años atrás, cuando «el PSOE era marxista» y Alianza Popular (el partido del que el PP es evolución) rechazaba los estatutos de autonomía.

Por supuesto, en el debate aparecieron todos los temas protagonistas de la legislatura: el 11-M, la negociación con ETA, la política antiterrorista, Educación para la Ciudadanía, los matrimonios homosexuales… Y no hubo lugar para nuevas propuestas para seducir al electorado, aunque sí intercambiaron gráficas y documentos para apoyar sus tesis. Ambos habían estudiado la lección.

Los dos candidatos siguieron la misma estrategia. se tiraron coles podridas desde sus torres de marfil, sin caer en el cuerpo a cuerpo, buscando hacer sangre, sobre todo Rajoy con la acusación de que Zapatero había agredido a las víctimas del terrorismo, pero sin pretender causar heridas mortales. Son perros viejos en la esgrima política y saben que, en el momento de dar la estocada, uno siempre abre la guardia y corre el riesgo de recibir un contraataque imparable.

Ninguno de los dos quiso caer en ese riesgo. Y por lo tanto, guardaron las formas. Preocupados de no perder, quizá se olvidaron de querer ganar.

A ZP se le vió muy serio y casi agresivo, por momentos tenso. Sin duda, estaba motivado y preocupado. También Rajoy, cuyos discursos de principio y cierre resultaron un poco rancios y engolados. Los dos se interrumpieron bastante a menudo. Debatieron, pero no dialogaron.

Ahora los dos proclamarán que han ganado el debate. Y la opinión pública también se posicionará. Aunque el escalón más alto del podio puede acabar desierto. El veredicto de este bloguero es claro: un empate ramplón. Ambos candidatos hablaron para el que creen su electorado. Por lo tanto, será muy difícil que Rajoy (va por detrás en las encuestas) haya ganado algún voto. ¿Habrá conseguido ZP movilizar alguno?