La Voz de Galicia
Sobre lo ambientalmente correcto, lo sostenible e insostenible y otras inquietudes acerca del estado del planeta Tierra
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Cuando el otro día me enteré que se había publicado el nuevo libro Jostein GAARDER (Oslo, 1952) que lleva por título “La tierra de Ana” y por subtítulo “Una fábula sobre medioambiente y el clima de nuestro planeta” (editado en España por Siruela) no paré hasta conseguirlo y, por supuesto, leerlo. He sido uno de los 26 millones de lectores de aquella popular novela –“El mundo de Sofía” (1991)- que, acerca de la historia de la filosofía, cautivó a jóvenes y mayores en la última década del siglo XX. Uno de esos ejemplos significativos de “crossover books” o productos literarios que, destinados principalmente al público infantil y juvenil, llegan también, intencionalmente o no, al público adulto.

Casi al final de las largas y sesudas conversaciones filosóficas entre Sofía y Alberto, se hace referencia a una importante corriente filosófica del siglo XX -que surge ante los enormes problemas del medio ambiente- la “ecofilosofía”. “Muchos ecofilósofos occidentales han señalado que toda la civilización de Occidente va por muy mal camino –expresa GAARDER en boca de Alberto-, por no decir que está a punto de llegar al tope de los que puede tolerar el Planeta. Han intentado llegar hasta el fondo, no quedándose sólo en los resultados concretos de contaminación y destrucción ambiental. Dicen que hay algo profundamente erróneo en toda la manera de pensar occidental”.

Lo que no podía imaginarme es que este, mundialmente conocido, escritor noruego, autor de novelas, historias cortas y libros para niños, había fundado en 1997 el Premio Sophie (The Sophie Prize) gracias a la enorme fortuna lograda por su exitoso “best-seller” que ha sido traducido a 54 lenguas. Se trata de un premio internacional –generosamente dotado con 100.000 dólares- que se convoca desde entonces, anualmente, con el objetivo de premiar la labor de personas u organizaciones que trabajan a favor de un futuro más sostenible; de aquellos sujetos que destacan por sus ideas innovadoras o pioneras sobre una nueva conciencia ecológica que el Planeta necesita. Hasta el año 2013 el premio Sophie ha sido otorgado a muy diversas personas: desde escritores, periodistas, ecologistas, científicos, políticos, ONGs, etc. Entre ellos destaca la concesión del premio a la activista ambiental keniata Wangari MAATHAI (premio Nobel de la Paz en 2004) conocida por su “Movimiento Cinturón Verde” que consiguió que fueran plantados millones de árboles en comunidades rurales pobres. También, fue concedido el premio al lider espritual del mundo cristiano ortodoxo, Su Santidad BARTOLOMÉ I, Arzobispo de Constantinopla; a el movimiento social internacional ATTAC, etc. Lamentablemente, según se dice uno de los anexos del libro que comentamos, “este premio no cuenta ya con los fondos necesarios para continuar en los próximos años”. ¡Lástima!

La “Tierra de Ana” es una fábula ambiental protagonizada por la joven Ana que está muy preocupada por como será nuestro Planeta, desde el punto de vista del medio ambiente, dentro de 70 años. A través de un ingenioso «diálogo intergeneracional», Ana sueña que está con su propia bisnieta que se llama Nova y que vive allá por el año 2082. El contraste entre la situación actual y la futura –que, en sus sueños, describe con negras pinceladas- le llevará a buscar con su amigo Jonás nuevas soluciones para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, a reducir el desproporcionado consumo del petróleo, a frenar la desforestación, etc.

En la rueda de prensa que Jostein GAARDER ha dado con motivo de la publicación de este nuevo libro, desvela, pese a su preocupación por el medio ambiente, su visión optimista. A la pregunta de un periodista: “¿cree que la humanidad será capaz de detener la destrucción del planeta?”, nuestro autor responde: “Ser pesimista es una actitud inmoral. Ser optimista es luchar contra todos los obstáculos. Yo soy optimista, creo que es posible construir una sociedad más sana”. Como saben mis lectores, comparto plenamente esta opinión.

GAARDER se muestra muy crítico con nuestra sociedad y sus gobernantes por la falta de compromiso (basta ver los decepcionantes resultados de la «Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático» (COP19), celebrada, recientemente, en Varsovia) ante el daño que se está causando a nuestro Planeta. Deben de tomarse medidas urgentes y todos debemos sensibilizarnos para ello antes de que sea tarde. Con su fábula ambiental, aderezada –como en sus anteriores obras- de misterio y de optimismo, Jostein nos da algunas pautas de cómo impedir un mundo tan lógebro y empobrecido como el que describe la joven Nova a finales del siglo XXI. En todo caso, confiamos con el autor, que sólo se trate de un mal sueño. Y si la “Tierra de Ana” lo leen muchos jóvenes será, sin duda, una inmejorable inversión de sostenibilidad hacia el futuro.