La Voz de Galicia
Sobre lo ambientalmente correcto, lo sostenible e insostenible y otras inquietudes acerca del estado del planeta Tierra
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Ya son menos de veinte días los que quedan para que se celebre en esa maravillosa urbe de Río de Janeiro –entre los días 20 al 22 de junio- la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, también conocida como “Rio+20”. Nos hubiera gustado estar allí pero, al final, no ha sido posible. Lo seguiremos por internet y por las redes sociales.

Por lo pronto, como aperitivo o para calentar motores, hoy 5 de junio celebramos el 40º aniversario del Dia Mundial del Medioambiente, dedicado este año, ¿cómo no? a la “Economía verde”. Una economía verde –de la que ya hablamos algo en anteriores ocasiones- que tiene por objetivos fundamentales el bienestar humano y la equidad social, reduciendo, al mismo tiempo, los riesgos ambientales y los daños ecológicos; una economía baja en carbono, eficiente en recursos y socialmente inclusiva.  Aunque algunos no les gusta esto de hablar tanto de economía (¡menos economía y más ecología!, dicen), no debe de olvidarse que, casi desde sus comienzos, la sosteniblidad ha estado muy vinculada al desarrollo social y económico. Es más, estoy convencido de que no se puede hablar de veradero sostenibilidad si no se tienen en cuenta su triple aspecto: el social, el económico y el ambiental.

Estamos en un momento histórico, sumidos en lo más bajo de un ciclo económico, y dan ganas de gritar – con el Nobel KRUGMAN– a los políticos y gobernantes: ¡Acabad ya con esta crisis! Trabajemos juntos en lo que de verdad merece la pena, en reducir todo lo que podamos la extrema pobreza en la que viven una de cada cinco personas en el Planeta. Quizás aún estamos a tiempo de invertir la tendencia de una economía especulativa, injusta, insolidaria e hipercarbonizada. Rio+20 es una buena oportunidad de para replantear muchas cosas.

Para el diplomático chino Sha ZUKANG (Secretario General de la Conferencia Rio+20) “¡El desarrollo sostenible no es una opción! Es el único camino que permite a la humanidad compartir una vida digna en este nuestro único planeta. Río+20 brinda a nuestra generación la oportunidad de recorrer ese camino”. Pero sabemos lo dificil que es traducir estas bellas ideas en hechos y en compromisos políticos. Con relación al cambio climático ya vimos los pobres –y frustrantes- resultados de Copenhague (2009), Cancún (2010) y Durban (2011). Y no es que, en estos momentos domine el optimismo.

El futuro que queremos” es el lema de la Cumbre Rio+20. Demasiado voluntarista pues sabemos que, aunque los movimientos (y redes) sociales cada vez tienen más influjo en la opinión pública, son muy pocos los que manejan los hilos del poder político y económico mundiales.

En las próximas semanas Río de Janeiro y alrededores se irá poblando de una multitud de personas de todos los rincones del Planeta: gobernantes y políticos (algunos con el único objetivo de salir en la foto), representantes de las más variopintas organizaciones no gubernamentales, líderes sindicales, ecologistas, coleccionistas de sensaciones en los grandes eventos internacionales, activistas anti-sistema, jefes de comunidades indígenas, negociantes oportunistas, complusivos oradores… Una colorista muestra de nuestro pequeño mundo que durante varias semanas enriquecerán, más si cabe, la cosmopolita sociedad brasileña.

Para no perderse nada de lo más interesante de la Cumbre, recomiendo vivamente acceder a la sugerente información que proporciona Remi PARMENTIER –uno de los miembros fundadores de Greenpeace Internacional y Director de Varda Group (una importante consultoría en temas ambientales)- en su  magnífico blog “De vuelta a Río” (alojado en la blogosfera EFE: Verde). Tuve la suerte de conocerle en un Seminario en Lisboa y pude comprobar su enorme conocimiento de las complejas dinámicas y más ocultos misterios de las Cumbres internacionales relacionadas con los temas ambientales, en las que ha participado en multitud de ocasiones.

¡Señoras y Señores, Río de Janeiro nos espera!